En
una ciudad como la nuestra con cinco siglos de historia, no solo la
arquitectura forma parte de su identidad, también hay sitios que de
alguna forma se identifican con esta o aquella época, o el conjunto
de determinada generación cualquiera que sea el siglo que le tocara
vivir.
Tenemos
como ejemplo a la mano la portada de Carrasco, lugar que llegó a
tener cierta fama, pues ya desde el siglo XVII se convirtió en
Santa María del Puerto del Príncipe en sinónimo de despilfarro.
Esa
fue una obra mandada a construir por el Ayuntamiento de la villa para
levantar una especie de portón custodiado como punto de entrada o
salida de la población por el camino hacia la costa sur.
Ese
era el camino de La Cachaza y hoy forma parte de carretera que lleva
al municipio de Vertientes.
Pues
bien, el lugar estaba situado justo a orillas del río Tínima. Para
la edificación se construyó una fábrica para elaborar ladrillos y
tejas aprovechando la proximidad del río y la magnifica utilidad de
la arcilla en el mismo sitio donde estaría el portón, lugar
conocido desde entonces como tejar de Carrasco, barro y aguas el que
a pesar de los siglos se siguen utilizando por los numerosos tejares
que se levantan en esa parte de nuestra ciudad.