¿Qué
lugareño no ha observado alguna vez la hermosa estampa del maniquí
que adorna el salón de la talabartería El Potro Criollo,
enclavada en la calle República, al centro de la ciudad de
Camagüey?.
Allí
se encuentra sereno, resistiendo al tiempo, luciendo orgulloso
monturas y arreos de todos los estilos el potro que no parece
envejeser a pesar de sus más de 80 y tantos años bien cumplidos,
pero no galopados
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Es
cierto que con el tiempo su piel de cartón y cola nos lo ha mostrado
blanco, moato, bayo, alón, moro, y hasta alazán, o como ahora, de
negro.Pero
cualquier color que haya tenido, el potro se mantiene sereno, erguido
con sus ojos brillantes y nobles enfrentando el tiempo.
Este
siempre silencioso animal tiene su historia.
La
primera casa comercial ligada al giro de talabartería conocida como
El Potro Criollo, se fundó en Sagüa la Grande, Las
Villas,allá por el 1925.