Una costumbre camagüeyana llegada
desde no se sabe cuando a nuestra forma de expresión es afincar con
un ¡Ángela María!, cualquier afirmación de alto vuelo. Lo
que viene a ser lo que para otros es; ¡En efecto! o !Justo!,
o sea, siempre entre signos de admiración para reforzar su valía.
Una costumbre camagüeyana llegada
desde no se sabe cuando a nuestra forma de expresión es afincar con
un ¡Ángela María!, cualquier afirmación de alto vuelo. Lo
que viene a ser lo que para otros es; ¡En efecto! o !Justo!,
o sea, siempre entre signos de admiración para reforzar su valía.
De entre las añejas costumbres
lugareñas aun recordamos algunas, como el de hacer visitas, el
paseo por las calles del comercio y la siesta del medio día.