He
estado sacando cuentas de los temas que con cada sección abordamos,
casi todos ellos referidos a sucesos públicos, personajes y
personalidades de nuestro entorno. Por supuesto que la temática es
inagotable.
Pero
no siempre nuestras historias lugareñas tratan de personas y hechos
puntuales. Hay sucesos cotidianos que en alguna forma siempre nos
ofrecen una imagen de la época en que sucedieron. Algunos de estas
ocurrencias hoy nos parecen increíbles, o tal vez, humorísticas,
pero para entonces, para cuando sucedieron, eran perfectamente
normales y los atestados de la policía, las actas en el cuerpo de
guardia del hospital general y las páginas de los periódicos se
encuentran llenas de estos ejemplos.
Este
es un buen ejemplo de noticia anacrónica.
Ante el carpeta de la
Primera Estación de la Policía compareció el ciudadano Bartolomé
Zaragoza, blanco, español, de 23 años de edad y vecino del bar El
Santo, situado en República 149, acusando al que dijo llamarse Juan
Cambrera, soltero, de 48 años, natural de Camagüey, porque en unión
de otros dos individuos, penetró en el inodoro del bar tomándose 19
gaseosa Pijúan de varias cajas que en ese lugar se encontraban
guardadas, y que al ir a reclamarles, estos le agredieron, dándole
el tal Cambrera un piñazo, teniendo el joven Bartolomé que
refugiarse bajo el mostrador, hasta que llegó la policía atraída
por el escandalo, deteniendo al agresor, no así a los otros individuos
que se dieron a la fuga.
Y
esta otra
En
la Primera Estación de la Policía, al mando del teniente Isidro
Fuentes, acudió el señor Juan Martínez de la Osa, hacendado,
vecino de la Avenida de La Libertad 110, diciendo que de su domicilio
le habían robado un perico que responde al nombre de “Cotica”,
con su percha. Mas tarde los expertos detuvieron al menor Jesús
María Cabreja, negro, de Palma 115, ocupándosele el perico y la
percha, declarando este que el perico en cuestión lo encontró
deambulando por la calle y que para situarlo en algún lugar tomó
prestada una percha abandonada que vió en el portal del Sr.
Martínez. El menor fue remitido al Vivac .
Pero
aquí hay más
A la Segunda Estación de la Policía fue conducido anoche por el
vigilante Mariano Pérez, Marino Casañas, alias Ojos Bellos, de 84
años de edad, blanco, vecino de la cuartería situada en San Ramón
377, al ser sorprendido mientras miraba por el hueco de la ventana de
San Isidro 19, donde reside la familia de Teresa Balboa. A pesar de
su edad Ojos Bellos tiene ya varias causas por rescabucheo continuado
Y
otra
En
el Cuerpo de Guardia del Hospital General de Camagüey fue asistida
Inés Candela Vázquez, de Jesús María 116, quien tras producir un
fuerte escándalo en la Plazoleta de Pintor, se subió a un poste con
el propósito de suicidarse, dijo, siendo apresada por algunos vecinos
y llevada al hospital, donde se le detectaron fuertes síntomas de
haber ingerido bebidas alcohólicas. Esta es la cuarta ocasión en
que los vecinos de ese lugar bajan a la tal Candela del mismo poste.
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