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Siempre
viejas postales descoloridas por el tiempo y la distancia nos traen
en zaguanes el hálito de la ciudad soñada; el Camagüey detenido a
la sombra de los siglos bordando callejones sombreados y tañer de
campanas.
Pero
el pueblo centenario no es solo adoquines y arcadas de medio punto, a
la vera y sobre estos cimientos se levanta una ciudad distinta pero
igual, contemporánea al rescoldo de un modernismo de asfalto,
edificios de cristal y entornos de este futuro que nos llegó, tal
vez, demasiado pronto para los lugareños.
Si
la arquitectura urbana de nuestra ciudad se miro en el espejo del
medioevo colonial castellano en sus variantes tropicales, otras
corrientes viajeras desde Europa y América marcaron hitos en esa
arquitectura que de forma episódica transitó capítulos que le
llevaron del art noveau al art decco en busca de una integración
antropológica moderna en diseño y utilidad.
En
este amanecer del modernismo del siglo XX se levantaron en Camagüey
el Instituto de Segunda Enseñanza y las oficinas de los Ferrocarriles
Consolidados de Cuba; en esa misma agenda aparece el mejor símbolo
ecléctico de la ciudad, el edificio de la Sociedad Popular de Santa
Cecilia desde la Plaza de La Merced.
Para
los finales de la década de 1940 se levanta el primer edificio
realmente moderno en la historia de la arquitectura de la provincia;
el creado para la sociedad del Colegio Español en Florida, hoy
ocupado por la Casa de la Cultura de ese municipio. Sin embargo mucho
más conocido en ese modernismo es el edificio donde se encuentra la
farmacia situada en una de las esquinas de Avellaneda y San Esteban,
y que es el primero realmente moderno de la ciudad lugareña.
Tras
estas obras nos llegan los diseños de la tienda por departamentos de
El Encanto, el Banco de Los Colonos, en la avenida de Los Mártires;,
el banco de la Plazas de Los Trabajadores y el del Colegio Provincial
de Periodistas, ocupado ahora por las CTC. Tal vez el más importante
edificio de este estilo moderno del país es el construido para el
Colegio de Arquitectos de Cuba en Camagüey e inaugurado a finales de
la década de 1950 con todos los códigos clásicos del movimiento
moderno. Este edificio, una verdadera joya en la ciudad, fue
transformado en la década de 1969 y ocupado por otras dependencias.
Hablamos del que se encuentra en Paso Chiquito a orillas del rio
Hatibonico, frente al parque Caballero Rojo, donde por años estuvo
la dirección provincial del de PCC..
Muestras
del estilo Moderno entre nosotros se encuentran en la presencia del
hospital Amalia Simoni; reparto Lenin; la monumental Escuela
Vocacional Mayor General Máximo Gómez, que es una obra de
referencia nacional en la arquitectura moderna del país; el
auditorio; estadio Cándido González y la cerca perimetral del
Hospital Pediátrico Dr. René Vallejo.Obras modernas pero con
diferentes influencias y espacios en el tiempo.
Tal
vez en esta modernidad el único caso de dos edificios gemelos en Cuba
se encuentra en la ciudad de Camagüey; se trata de los tipo stren
line,
situado uno en la esquina de Hospital y Hermanos Agüero y el otro en
Popular y Lope Recio.
La
modernidad influyó también en la construcción de espacios urbanos
en repartos periféricos como Monte Carlos y el Lenin de la Paz, con
los edificios altos al centro y los restantes hacia la periferia,
ambos con avenidas y jardines entre las vías al estilo de la “ciudad
jardin” del movimiento moderno. También están las obras en los
repartos Previsora, Boves y Vista Hermosa, viviendas hermosas sin
dudas, pero sin trascendencia arquitectónica alguna, incluyendo a
Puerto Príncipe que es de años mas recientes
En
criterio de los arquitectos las mejores viviendas construidas sobre
el movimiento moderno se levantaron el el reparto El Retiro, pero con
el tiempo sus moradores les modificaron y mucho de este arte
arquitectónico perdió coherencia. En lo actual, otras corrientes de
la arquitectura influyen en las obras constructivas pero hay bastante
improvisación negando a veces las oportunidades a la hora de aplicar
los elementos que la modernidad abre paso al siglo XXI. Por ese
camino hemos llegado en no pocas veces a la rutina y pobresa de
estilos. De todas formas, atemperando cada uno en su tiempo y
espacio, bien merecen los arquitectos y constructores de todos los
tiempos, el reconocimiento de una ciudad clásica y que fuera de la
capital del país es la que mayor riqueza de arquitectura en estilos
y usos, guarda. Edificios e iglesias, repartos, vías e instalaciones
de uso público, incluyendo áreas verdes y puentes, han conformado
en medio milenio la ciudad de todos nuestros encantos donde no solo
en zaguanes y alerones coloniales se guarda la historia camagüeyana
Encantada de leer este artículo, me encanta mi ciudad, Camagüey. Me quedé con ganas de saber más.
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