La avenida de Carmelo


Nuestra ciudad tiene multitud de sitios con nombres cuyos orígenes apenas si han llegado a nuestros días, allí están los ejemplos de Tío Perico, paso de las Lavanderas, puente salvaje y San Zenón.
Una importante vía desde sus orígenes y que aun mantiene preponderancia en la red urbana moderna es la avenida de La Libertad, la que en sus inicios formó parte del Camino Real que llegaba desde Sancti Spíritus y se dirigía hacia San Salvador de Bayamo.

Ese tramo de Camino Real al cruzar por ese punto de la población se le conoció como la Avenida de Los Mangos, que a su vez se comunicaba con el resto de la villa por un viejo puente de madera.
Ya en el l734 existia a orillas de este camino al este de las afueras de la villa de Santa María de Puerto del Príncipe, una ermita dedicada a la virgen de La Caridad en los terrenos de la finca del Coronel de Milicias Don José Manuel Bringas


Con el tiempo en torno a la ermita se levantó una barriada de quintas de recreo construidas en especial por ricos criollos, delineándose además la plaza de La Caridad y el paseo o avenida del mismo nombre, extendida desde las márgenes del río hasta las puertas de la pequeña iglesia.

Para el l841 el coronel Carmelo Martínez, correcto Teniente Gobernador de la villa y enamorado caballero de una hermosa camagüeyana vecina precisamente del lugar, decidió pasar la mayor parte de su tiempo cerca de ella e hizo mejorar el camino que se dirigía a la ermita de La Caridad, convirtiéndola en avenida y dotándola de alameda central, jardines, bancos de piedra y la siembra de gran cantidad de árboles de mangos traídos de las fincas vecinas, los que se desarrollaron con vigor y sombrearon la alameda, por lo que desde entonces comenzó a ser conocida como la avenida de Los Mangos, aunque su nombre oficial era el de La Caridad.

La historia de estos amores con la camagüeyana fue muy hermosa, pues el teniente gobernador intervino en más de un duelo defendiendo de otros pretendientes a su amor e incluso estuvo a punto de renunciar a su cargo con tal de no ser trasladado de Camagüey a otro territorio, como periodicamente se hacia entre los tenientes gobernadores de provincias.

Por ultimo el propio Capitán General de la isla, con tal de nos deshacerse de tan buen oficial, le solicitó que acabara de casarse con la criolla para poder enviarlo con su nueva familia a otro destino, o seria juzgado por insubordinación. Así que como un cuento de adas, fueron felices y comieron perdices.

Luego, muchos años después, a la conclusión de la Guerra de Independencia, el Tercer Cuerpo del Ejercito Libertador entró a Camagüey por esa vía y desde entonces fue para siempre la avenida de La Libertad.

El joven Coronel Carmelo Martínez y la criolla que le inspiró se alejaron con discreción, pues desde entonces nunca jamas hemos vuelto a saber de ellos, sin embargo, a pesar de que estuvo poco tiempo al mando de la plaza militar, el Ayuntamiento de Camagüey, en reconocimiento a sus obras que fueron varias en beneficio de la ciudad, denominó con su nombre una de las calles de esa barriada.

Sin embargo sucedió una injusticia histórica nunca enmendada, pues el nombre de Coronel Carmelo se trastocó por el de Padre Carmelo, y así ha llegado a nosotros, cosa admirable pues este oficial español no debió ser precisamente un santo varón.

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