La deuda principeña con Don Sebastian



Catorce años antes de la fundación de la villa de Santa María del Puerto del Príncipe junto al promontorio de punta del Guincho, otros aventureros de España, aventajando a Cristóbal Colón, fondearon sus naves en la bahía de Nuevitas, lugar nunca visitado por el Almirante de la Mar Oceána.
En realidad y si en su primer viaje del 1492 al nuevo continente Colón siguió pocos contornos de Cuba desde Bariay hacia el occidente, llegando solo hasta la entrada de la bahía de Nuevas Grandes, el segundo, en 1494, lo dedicó a navegar por la costa sur sin definir si la nueva tierra era isla o continente.
Impulsado desde la isla de Santo Domingo donde residía Nicolás de Ovando, gobernador de las indias occidentales,, se organizo en 1504 una expedición para verificar los contornos reales de la tierra nombrada Juana por los castellanos, pero Cuba por los aborígenes, y reconocer si era isla o tierra firme, y lo mas importante, saber si en este territorio habría algo de valor para los tesoros de España. Tras los preparativos, la expedición, al mando del experimentado marino y cartógrafo gallego Sebastián de Ocampo, estuvo finalmente lista para partir durante los primeros meses de 1510. 
 
En realidad hubo diferentes factores que influyeron para que Cuba quedara marginada en los primeros momentos de la colonización. Entre ellos la preferencia que dio el Gran Almirante a La Española en cuanto a descripciones de riquezas naturales y posibilidades de explotación económica, lo que ayudó a crear el ambiente proclive para soslayar por largos años a nuestra Isla.
 La demora en ejecutar el bojeo, se inicio a inicios del 1510, lo explica el historiador Fernando Portuondo del Prado, como causada por la rebeldía de los naturales de Haití-Quisqueya: «Los asuntos de Santo Domingo embargaban todas las energías del gobernador: los indios se sublevaban exacerbados por los abusos de los colonos, y Ovando aplicó por sí mismo y mandó a aplicar sin restricciones la terrible doctrina del escarmiento».
Desde el descubrimiento ya era sospecha de los marinos, que costeaban a Cuba, que este territorio era una isla a pesar de las afirmaciones en contra de Colón, aunque formalmente no se efectuara todavía el necesario bojeo. Debe apuntarse que aun antes de haberse realizado este, en el 1500, el cartógrafo vizcaino Juan de la Cosa, trazó un mapamundi en el que Cuba aparece como isla. Aquel marino, diestro en náutica, había viajado con el genovés en los dos primeros viajes al Poniente, como maestre y propietario de la nao Santa María.
Sebastián de Ocampo inicio el bojeo con dos navíos que zarparon de Santo Domingo rumbo a Cuba, trazando rumbo a lo largo de la costa norte hacia el oeste. Visitaron archipiélagos, isletas y desembocadura de ríos. Avistaron, entraron y anotaron las características de la bahía de Nuevitas, observando una lengua de tierra avanzada en la bahía buena para asentamiento, dijeron, y la cayería del archipiélago de Sabana-Camagüey.
 Tomaron mucho después los mares del sur, y pronto se identificó la ensenada de Cortés, por el meridiano 84 oeste, en Guanahacabibes, donde Colón dio por terminado su acercamiento completado una vuelta en torno la isla de Cuba.
Como se deduce fue el bojeo realizado por Ocampo quien señalo como útil levantar poblado y guardia en la punta de tierra conocida desde algún momento como punta del Guincho, por la cantidad de estas aves marinas que allí habitaban.
Luego vendría la aldea de Puerto del Príncipe al amparo de santa María, cuyo paradero ciertamente parecer haber sido El Gincho, aunque no existe testimonio documental, pues hay versiones que trazan el asentamiento hacia la bahía de Mayanabo y un otras lo sitúan en La Guanaja.
En realidad las únicas excavaciones para determinar el asiento de Puerto Príncipe se han realizado en El Chorrillo, un espacio en el promontorio del Guincho, zona inmediata a Pueblo Viejo, lugar donde se supone tuvo su origen la actual ciudad de Nuevitas. De las excavaciones se han extraído restos de la dieta aborigen y algo de su alfarería, así como testimonios tal vez fundacionales de la presencia española
De todas formas Santa María, la del puerto del Príncipe, no estuvo mucho tiempo allí sin que las causas del éxodo estén muy claros. Luego dicen que costeo hacia el oeste hasta la desembocadura del rio Caonao. Tema siempre de dudosa realidad para aun después optar por ser villa mediterránea alejándose del mar ya para siempre.
De todas formas tal vez le debamos un certificado de reconocimiento al cartógrafo Ocampo, quien parece haber sido el descubridor de la bahía de Nuevitas y puede que el primero en apuntar hacia aquel verde cabo donde pudo injertarse, cuatro años después de aquel bojeo, una rama de la medieval Castilla y Aragón. Bien merecería púes el insigne Don Sebastían una invitación para, junto a nosotros, conmemorar este 505 aniversario de los resultados de aquel encuentro con la bahía nuevitera.




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