Las calles del lugareño


Una gran cantidad de calles del Camagüey se conocen aun por sus nombres antiguos y en ocasiones resulta difícil reconocer los patronímicos oficiales, tal es el caso, por ejemplo de Palma, San Patricio o Popular que son en realidad Ángel Ciro Betancourt, General Espinosa y Ramón Virgilio Guerrero.
Una buena parte de nuestras vías deben sus nombres a sucesos allí ocurridos o a personajes que vivieron en esa calle, como el caso de Tío Perico (Vate Morales) por el viejo pescador de las orillas del Hatibonico; Pamela Fernández, que es el callejón del Templador debido al afinador de pianos que vivía en ese pequeño callejón. Funda del catre, (Ramon Ponte) a causa de su estrechez; el callejón del Cañón es en lo actual Finlay a causa de una vieja pieza de artillería emplazada en una de sus esquinas. 

La azarosa ruta del Mortera



Al atardecer del lunes 27 de julio de 1903 cuando el vapor de pasajeros y correos Nuevo Mortera se disponía a entrar al canal de la bahía de Nuevitas, encontró en su camino de forma sorpresiva a un buque de carga que navegaba en dirección contraria y con el que no pudo evitar la colisión en tan estrecho paso. Tras en impacto y ante el inminente naufragio, el capitán del Mortera hizo encallar la nave que en poco tiempo se hundió originando numerosas víctimas. Desde entonces los restos de la vieja nave se encuentra apenas a 20 metros de profundidad a un costado del canal.

Para seguir hablando de Colón




A pesar de la copiosa documentación existente sobre el tema, aun, a la distancias de medio milenio, hay sombras en torno al descubrimiento de América, y en especial sobre la figura del ¿genovés? Cristóforo Colombo Fontanarosa, devenido por un golpe de constancia y suerte en el Gran Almirante de la Mar Océana
En realidad ni siquiera es posible saber con certeza dónde, y cuándo, nació este marino, pues aunque la mayor parte de los historiadores concuerdan que fue en Génova, hay probabilidades de que haya sido en Cataluña o en la ciudad de Calvici, Córcega.

Fidel y el ciclón mas largo.




Aun sin recuperarnos del impacto que dejo en el pueblo cubano el ciclón Flora y apenas diez meses después de esa tragedia, el 23 de agosto de 1964 el Observatorio Nacional de la Marina de Guerra Revolucionaria alertó al país en su boletín informativo no. 5, diciendo que la presencia del nuevo ciclón tropical Cleo, el tercero de la temporada de aquel año, se hacia muy peligrosa para Cuba dada su posición al sur de la isla de Santo Domingo, por lo que era probable que tomase una franca dirección hacia nuestro país.
El ciclón Cleo se originó en las costas de África a principios de agosto, cruzo el Atlántico ganando en intensidad e internándose en el mar Caribe con fuerza de 250 kilómetros por hora para golpear a la pequeña isla antillana de Guadalupe, donde originó una decena de muertos y mas de diez mil damnificados.

La leyenda del lindo gatico blanco.



En años de recorrido por la Sierra de Cubitas e tenido la oportunidad de recoger no pocas historias y leyendas dispersas entre las comunidades que habitan aquella hermosa y dura geografía.
Concepción de la Hermita Vieja, Santa Isabel del Cercado, San Miguel de la Entrada, Banao, Algibito, Yabunal, Pozo de Vilató, Las Veguitas. Los Güiros, Caseríos algunos de ellos radicados allí desde las primeras luces del siglo XIX y aun antes.
Aislados sobre los flancos de la sierra o metidos por entre desfiladeros y valles interiores los cubiteros sobrevivieron a su forma y manera dejándonos un patrimonio muy particular de leyendas de siglos. Algunas de esas rancherías ya no existen y puede que de vez en vez los caminantes de sendas extraviadas encuentran a su paso vestigios de viviendas, cementerios olvidados y aun tumbas anónimas, devorado todo por la manigua protectora.

Seudónimos lugareños


Por alguna razón de identidad o tradición, son los cultivadores de la literatura, en especial periodistas del quehacer social cotidiano, aquellos que, contrario a otras profesiones, gustan utilizar seudónimos para cubrir sus nombres que, llegado el caso, algunas veces se popularizan de tal forma que borran por completo la identificación de la persona.
Nuestro país no estuvo ausente en esa pagina y mucho menos en la provincia lugareña donde, y solo a lo largo del siglo XX, encontramos mas de medio centenar de profesionales de la prensa que utilizaron los seudónimos, unos por romanticismo aventurero, por discreción de apellidos “ilustres” o por habito, vaya usted a saber. Luego de 1959 en Cuba esa página de historia fue arrancada y aquel capitulo ha pasado a ser pieza de museo, pero no por ello menos atractiva. 

Ese rubio no te asienta


Dos damas se encuentran en la calle. un viene vestida de negro riguroso y la otra, que no se quiere la lengua le comenta ; “!que flaca de te ves mi amiga!”. La otra inocentona le responde; “Es que con el negro me veo así”. A lo que la víbora le dice; “!Pues búscate un blanco porque ese negro te va a matar!” .
Yo estaba leyendo ese chiste cuando recordé que en la gaveta de mi papeles guardo una nota que tiene que ver con mujeres y con colores
Les cuento; 

Un arma que impuso su nombre


Muchos pasan por ciertos lugares y no se detienen a observar la belleza que los rodea o ni siquiera se preguntan qué historia habrá detrás. Así sucede con algunos nueviteros cuando transitan con total indiferencia la Plaza Mayor de su municipio, que tiene dentro uno de los más bellos parques de la ciudad, sin saber que este terreno en determinado momento tuvo la función de Mercado y Plaza Militar y sirvió de referencia para el trazado de las cuatro calles principales de la futura ciudad de Nuevitas. Por lo que desde sus inicios se comenzaron a edificar a su alrededor algunas de las más importantes instituciones como el Ayuntamiento, joya de de la Arquitectura Colonial de la ciudad, La Iglesia Católica de Nuestra Señora de la Caridad y la escuela primaria Aurelia Castillo.

Una broma pesada



El viernes 21 de mayo de 19219 la ciudad de Camagüey despertó sobresaltada,
Cientos de personas comenzaron a congregarse en torno al parque Agramonte y la policía acordonó el lugar.
Bien pronto se supo lo insólito. La estatua ecuestre del Mayor General Ignacio Agramonte, aquella que fuera inaugurada hacia apenas siete años, había sido profanada.
Hipolito Lázaro, el guarda parque y humilde recogedor de basuras del lugar, quien de nuncio el hecho apenas lo conoció, fue detenido e incomunicado, y por supuesto amenazado con una buena tunda de palos si no aclaraba los pormenores del suceso del que se sabia fue testigo.

Fidel tras las ráfagas de Cleo



La primera perturbación ciclónica que afecto a Cuba luego del primero de enero de 1959 fue Gracie, quien a finales de septiembre se aproximó a las costas del oriente del país para luego alejarse dejando algunas lluvias dispersas por aquellas regiones.
En septiembre del siguiente año el Donna se deslizó a lo largo de la costa norte. En esta oportunidad y debido a su cercanía y amenaza el Departamento de Seguridad Publica Revolucionaria con la ayuda del Ejército Rebelde procedió a evacuar alrededor de once mil personas de poblados costeros de la provincia de Oriente, sin dudas la mayor evacuación realizada hasta entonces en el país.
No era para menos, el Donna fue el huracán más destructivo de la temporada. Tras alcanzar categoría 5 en el océano abierto a principios de septiembre, pasó por las Antilla Mayores como categoría 4 torciendo al norte para arremeter contra la Península de La Florida, donde causo mas de 400 muertos.
Desde el punto de vista meteorológico 1963 se presento nuy activo y en octubre el sexto ciclón de la temporada toco a nuestras puertas. Flora, que ya venia errático desde el Caribe y que obligó a medidas extremas de protección en el país azotó desde el 4 de octubre la provincia de Oriente acompañado por torrenciales aguaceros, salio al golfo de Guacanayabo por Manzanillo y recurvó de manera sorpresiva para entrampar a Camagüey y dirigiéndose de nuevo al Oriente hasta salir por la costa norte de esa provincia.
El 6 de octubre Fidel paso por nuestra ciudad con destino a Oriente y fue testigo de las afectaciones que comenzaba a sufrir nuestro territorio. 

La batalla del Paso de Lesca



Hace 147 años, a la media mañana del 25 de febrero de 1868 entró a la la ciudad de Santa María del Puerto del Príncipe el resto de la columna española que fue hasta la fecha, el mayor contingente organizado por España para combatir al incipiente Ejercito Libertador.
Apenas el noviembre del año anterior los camagüeyanos se alzaron en armas y fue tal su empuje que en poco tiempo se hicieron dueños de gran parte del territorio y con ello impusieron el bloqueo a la capital princieña con el refuerzo de la expedición llegada a Cuba en el Galvanc. Mientras la presencia de las fuerzas españolas al mando del General Balmaseda, faltas de coordinación, abandonaron la geografía camagüeyana para dirigirse a Bayamo sin haber vencido la resistencia lugareña.

Los secretos del Idilio



Debió ser al medio día del jueves 26 de mayo de 1870, el Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz en compañía de su escolta salio a verificar una información recién llegada donde se le comunicaba la presencia de tropas españolas en marcha y cerca de su campamento en Los Güiros, lugar donde ocultaba a su su esposa Amalia Simoni, a su hijo Ernesto y a parte de la familia Agramonte Simoni.
Poco después de su partida y por otro camino, soldados de la avanzada del batallón español, comando por el Coronel Ramón Fajardo, penetraron en los montes de la hacienda y dispersando a los retenes que protegían el campamento mambí, a quienes originaron varios muertos, hicieron numerosos prisioneros, casi todos mujeres y niños.

Recordando un para bailar de 1920




El 2 de diciembre de 1920 y patrocinado por numerosas casas comerciales de la ciudad, la prensa local lanzó una convocatoria para celebrar la más extraordinaria fiesta de la juventud realizada hasta entonces, con escenario en los terrenos del estadio de pelota situado a un extremo del Casino Campestre.
La copiosa propaganda convocaba a todos los buenos bailadores a lo nunca visto, a una competencias de resistencia con magníficos regalos para los ganadores y también, quien sabe, contratos para presentarse en cabarets y teatros del país y el extranjero. Aquello era lo máximo.
Por entonces el récord de resistencia nacional entre los hombres, decían los periódicos, que era de 70 horas continuas de baila y 35 para las mujeres.