El caballo del siglo

 
¿Qué lugareño no ha observado alguna vez la hermosa estampa del maniquí que adorna el salón de la talabartería El Potro Criollo, enclavada en la calle República, al centro de la ciudad de Camagüey?.

Allí se encuentra sereno, resistiendo al tiempo, luciendo orgulloso monturas y arreos de todos los estilos el potro que no parece envejeser a pesar de sus más de 80 y tantos años bien cumplidos, pero no galopados
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Es cierto que con el tiempo su piel de cartón y cola nos lo ha mostrado blanco, moato, bayo, alón, moro, y hasta alazán, o como ahora, de negro.Pero cualquier color que haya tenido, el potro se mantiene sereno, erguido con sus ojos brillantes y nobles enfrentando el tiempo.

Este siempre silencioso animal tiene su historia.

La primera casa comercial ligada al giro de talabartería conocida como El Potro Criollo, se fundó en Sagüa la Grande, Las Villas,allá por el 1925.


En 1930 los dueños del adquirieron el caballo en la talabartería, El potro Andaluz, establecimiento habanero de igual giro que muchos años antes, habían comprado dos maniquíes semejantes en Alemania y cuyo traslado a Cuba estuvo a punto de la catástrofe.
En una serie de equívocos increíbles, el embalaje con la carga pasó desde un puerto de Europa hacia distintos puertos de América del Sur, incluso en la Argentina estuvo largos meses y cuando ya se daba por perdida llegó a nuestro país en una fecha que ya nadie recuerda.
Así que entonces un caballo a fue hacia Sagüa la Grande y el otro se quedó en La Habana.
Como a mediados de 1935 los propietarios del Potro Criollo decidieron acercarse a una zona ganadera mas floreciente, se trasladaron a la ciudad de Camagüey, mudando junto a sus máquinas y enseres el potro, a quien dedicaban especial atención.

 Este es el que desde entonces se encuentra entre nosotros y a quien nadie discute su ciudadanía lugareña. En lo actual y para casi todos los camagüeyanos, esta pieza única, digna de un museo, museo, es como el símbolo del caballo de nuestros potreros y fincas ganaderas. Resistente, valiente, inteligente y leal, cuya presencia resultó arma fundamental en nuestra guerra por la Independencia

.Que se recuerde, una sola vez salió el potro de su establecimiento, y fue a mediados de la década de 1950, cuando lo llevaron a una de las ferias ganaderas que por entonces se celebraban en la ciudad. En ese lugar la pieza quizo ser adquirida por los expositores de un famoso rancho de Texas, EEUU, para llevarlo como muestra a sus instalaciones donde se construían monturas tejanas y mexicanas, pero los propietarios del animal declinaron la jugosa oferta y el potro criollo se quedo en Cuba.

Los compradores sabían que el Potro Criollo era una reproducción fiel de la raza Nonius, extendida en el centro europeo procedente de Hungría. Según la historia el origen de esta raza de caballos surge durante las guerras napoleónicas a finales del siglo XVIII. Está raza deriva de un semental conocido con el nombre de Noniusâ, nacido en Normandí­a y que llegó a tierras húngaras en 1810. El progenitor tení­a media sangre anglo-normanda. Entre sus antepasados se encuentran pura sangre alemanes con el que Nonius guardara cierto parecido físico.

No hay dudas que en lo actual por lo menos tres generaciones de camagüeyanos le han admirado, primero en la vidriera donde se expuso de inicio, República esquina San MartÍn, y luego en el salón de exposiciones del taller actual, situado no lejos del lugar anterior.
En lo actual nadie se sustrae, al cruzar ante la puerta de la talabartería, de admirar la hermosa estampa del potro, siempre vestido de gala, como listo para abandonar su plataforma y lanzarse libre a trotar por estos potreros que su corazón de papel siempre han de añorado.

4 comentarios:

  1. Muy interesante, pero ENVEJECER se escribe con S

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  2. quise decir que NO SE ESCRIBE CON S, claro está

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  3. Hermosa semblanza, y la importancia que le das a este caballo de "cartón piedra" como decía aquella vieja canción de Serrat, me hace dar cuenta que yo veo frecuentemente dos de esos "muñecos animales" en mi ciudad, y siento una atracción especial que tú has expresado en tan buena forma.

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