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Un misterioso campamento.



Acampados durante el mes de noviembre de 1969 en el desfiladero del paso de Trincheras, al oeste de la Sierra de Cubitas, dimos paso a una etapa de exploraciones en esa porción de la geografía camagüeyana donde se abren algunas de las más extensas cuevas de nuestra provincia.
Durante esa campaña llegamos a la Gran Caverna, la que por su ubicación, distante del campamento central casi dos kilómetros, debidos de instalar una brigada por tres o cuatro días al mando de José Miguel Marrero Basulto, más conocido entre nosotros como Pilo. Ese trabajo se desarrolló con éxito y desde entonces aquel primer reconociendo ha servido como base a todos los siguientes estudios espeleológicos realizados en esta cueva de más de dos mil metros de extensión.

Aquellas temporadas de circo




Alguna persona me ha comentado que en días como estos era costumbre de nuestra la te temporada de circo, y de eso, en realidad se ha hablado poco o nada, a pesar de que su presencia era muy marcada.
Por ser un enclave ferroviario y estar orillada a la Carretera Central, con independencia de su economía agropecuaria y azucarera, nuestra ciudad fue por muchos años plaza fuerte de las compañías circenses que recorrían la isla de uno a otro extremo y aun de aquellas que ocasionalmente llegaban desde el exterior.

Reflexiones de fin de año


A nosotros los cubanos aquel tremendo concepto de causa y efecto nos resbala aun en las situaciones mas comprometidas, por eso es que con cada diciembre siempre creemos que el próximo año las cosas nos va a ir mejor, a pesar de seguir haciendo lo mismo de todos los años. 
Por regla general para recibir el siguiente calendario la gente tiene sus rituales, desde el cubo de agua para la calle a las doce de la noche hasta el tintinear de vasos y copas para atraer la buena suerte; creer que luego nos ira mejor no cuesta nada.

El bautizo del Circulo



Según la historia a mediados de 1853, un esclavo de la hacienda El Infierno, situada en el flanco sur de la Sierra de Cubitas, no lejos de los Cangilones del río Máximo, y propiedad de Don Pedro Rodríguez Socarrás, descubrió casualmente, no lejos de la cueva de San Antonio un estrecho boquete escondido en la manigua por el que lanzó una antorcha tratando de hacer luz en el interior de la abertura quedando atemorizado por el inmenso salón que vio debajo, corrió a intercomunicar la noticia a su amo.
Personado en el .lugar, Don Pedro, que era un hombre de luces, hizo ampliar el boquete y en compañía de otro esclavo bajó por una cuerda hasta el piso de la sala iniciando un recorrido a medias, pues la cueva se extendía tanto que tuvo el sentido común de no dejarse arrebatar por el entusiasmo y regresó sobre sus pasos para preparar una nueva y mejor exploración.

La aparición de San Aparicio



San Aparicio llegó una tarde a mi casa por la puerta de la cocina.
Fue tan silencioso que nadie noto su presencia, pero cuando miramos el ya estaba allí, sentado al borde de la tapia que da al patio. Ni una palabra.
En realidad nos dimos cuenta de que alguien ajeno había llegado porque tengo dos gatas, una de ellas tal vez por problemas de edad parece tomar vinagre cada mañana, porque basta mirarla serio un par de veces o que le roces sin querer para que se erice con uñas al aire y todo, así que ya pueden imaginar su comportamiento con extraños.

Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.



El 21 de mayo de 1923 los catalanes Claudio Mons Piqué y Mario Cruanyas, arquitecto y maestro de obras, respectivamente, dieron por termina la iglesia de San Francisco, levantada a un costado de la amplia plaza rectangular donde desde el siglo XVII se levantó la ermita y el convento de San Francisco de las Llagas.
Según el historiador Tomas Pio Betancourt, ya en el 1587 en ese sitio se trató de construir sobre un terreno aledaño al río Hatibonico una ermita a la virgen de la Altagracia pero esa obra no se concluyo. Luego, en una escritura de 1619, se menciona la existencia de una ermita construida en ese mismo lugar y dedicada a la virgen de Santa Ana, situada esta a la entrada del camino del Calvario (actual calle de General Gómez) en las confluencias de las veredas de San Diego y San Francisco, (Martí y Luaces) cerca del Paso Real de Hatibonico y a orillas del arroyo Tucunicu. 

Para otro aniversario de la tragedia de Santa Cruz del Sur. Frente al mar de siempre



Desde hace 29 años tengo una deuda con Tin Cañete.
Hijo de pescadores y el mismo pescador, Salvador Cañete nació en la playa de Santa Cruz del Sur en el 1901 y según me contó, fue también estibador en el puerto de Manopla, embarcadero de azúcar frente al Guacanayabo.
Una vez ambos coincidimos en el parque santacruceños y comenzamos a hablar del ciclón del 1932. Suponiendo yo que debió ser testigo de aquel desastre. Terminamos de conversar en la sala de su casa con una taza de café de por medio rememorando historias acumuladas en sus tantos años de vida.
Luego publicamos, en reducido espacio, parte de esa charla, dejando pendiente algo mas para después. Y como lo que para luego se deja para luego se queda, las notas fueron guardadas en viejas agendas, pero no olvidadas y desde siempre tomé como deuda aquellos recuerdos.
Del ciclón del 32 pasan ya 82 años y Tin Cañete se murió, pero espero que con estos apuntes pueda rendir tributo a la odisea de aquel hombre que vio desde el mar desaparecer todo un pueblo. 

Paginas de autógrafo




En realidad, al decir de los poetas, nadie sabe cuando se pierde lo perdido. Hace muy poco, en medio de una agradable charla entre colegas y mientras arañábamos historietas alguien me recordó que en alguna parte yo debía de tener un álbum de autógrafos.
La pequeña libreta con multicolores hojas se utilizaba en mis tiempos de estudiantes para lo mismo que hoy se maneja con soltura el correo electrónico, con la diferencia que entonces era algo intimo y personal y hoy esa comunicación es absolutamente publica y descaradamente colectiva.
Como en esencia el autógrafo es un documento escrito totalmente a mano y firmado por su autor dedicado a un admirador, nosotros mismos nos la dábamos de fans convirtiendo en famosos a nuestros compañeros de aula al pedirle su rubrica.

El Guayabo




Cuando se va rumbo a la región oriental del país, unos cinco kilómetros después de la entrada para Jimaguayú, muy cerca de la carretera central, se encuentra la comunidad El Guayabo, un pueblito potencialmente ganadero fundado en la década de los 80 y que no sobrepasa los 700 habitantes.
Ese es un asentamiento como tantos de los que nacieron después del triunfo de la Revolución, con calles de tierras zanjadas por las lluvias, casas de piezas de prefabricado alineadas junto al camino, modestos jardines, escuelita rural, bodega, consultorio del médico de la familia y con un círculo social que es el escenario principal y único de fiestas y conmemoraciones, donde habita gente noble y trabajadora.
Fuera tal vez un lugar intrascendente si a la camagüeyanísima Josefina Loret de Mola y a su esposo Arturo Artola Labrada no se les hubiera ocurrido en el año 1944 construir en su finca El Guayabo una fábrica de queso y mantequilla con un tanquezote en forma de bala que incentiva al imaginario popular y es un símbolo del lugar.
Por Yurislenia Pardo Ortega
Foto; Leandro Pérez Pérez


Dichos y hechos



Existen dichos y sentencias que se pierden en la memoria de los tiempos, y aunque los camagüeyanos de ayer no son los de ahora, y ni siquiera nuestra ciudad es la misma, siempre tenemos el tiempo de la historia a nuestro favor sumando en esa pagina leyendas y memorias.

8 de septiembre; Día Internacional del Periodista.



Durante la década de 1940 con un mundo convulsionado por la II Guerra Mundial organizaciones periodísticas de casi todos los países decidieron establecer un día dedicado a enaltecer la labor de la prensa y como homenaje a los numerosos periodistas que a riesgo de sus vidas reportaban desde los frentes de combate el conflicto bélico que abrazaba al mundo.
 Sin embargo en el continente americano el Día del Periodista ya se había establecido en la República de Argentina a partir del 7 junio de 1938 por acuerdo del Primer Congreso Nacional de Periodistas celebrado en la ciudad de Córdoba, fecha que recordaba el primer medio de prensa con ideas patrióticas publicado en 1810.
No tardaron otros paisajes en imitarle tomando diferentes fechas de acuerdo al cursar de su historia.

Estampas de mis otras vacaciones



Cuando a la voz de !A la playa!, mi familia anunciaba que nos íbamos de vacaciones, lo primero que hacíamos los muchachos era correr a la casa de Manolo, el chofer del barrio, para que nos prestara una recámara de las ruedas de su camión y llenarla allí mismo de aire, cosa que siempre nos trajo dificultades por el espacio que nos restaba en el carro que nos conduciría. 
 
Navegar a lo Titanic sobre una recámara de camión durante la infancia ha de crear algunos traumas. Yo en particular recuerdo que aquella goma inflada se viraba con frecuencia y yo casi siempre estaba en el fondo tragando agua y arañando arena. Desde entonces las vacaciones playeras no están entre mis primeros gustos. 

Bicicleteando



En 1817 3l barón alemán Karl Ludwing Drais von Christian Sauerbronn inventó el primer vehículo de dos ruedas, al que llamó máquina andante , precursora de la bicicleta y la motocicleta. Esta «máquina andante» consistía en una especie de carrito de dos ruedas, colocadas una detrás de otra, y un manillar.
  La persona se mantenía sentada sobre una montura, colocada en el centro de un marco de madera. Para moverse, empujaba alternativamente con el pie izquierdo y el derecho hacia adelante, en forma parecida al movimiento de un patinador. Con este impulso, el vehículo adquiría una velocidad casi idéntica a la de un carruaje. Sus brazos descansaban sobre un apoyabrazos de hierro, y con las manos sostenía una vara de madera, unida a la rueda delantera, que giraba en la dirección hacia la cual quería ir el conductor. Con el tiempo este vehículo se fue perfeccionando

La leyenda del Cuatro Vientos



El misterio y las leyendas que envolvieron la desaparición del Cuatro Vientos, avión español que en 1933 recorrió la ruta de Cristóbal Colón y que superó el vuelo de Charles Lindbergh, son expuestos tras una minuciosa investigación del escritor español Manuel Ruíz Romero-Bataller.
"La desaparición del Cuatro Vientos provocó que se olvidara la hazaña de los pilotos españoles Mariano Barberán y Joaquín Collar, que habían logrado el vuelo más trascendente de la aviación mundial", explicó a Efe el autor del libro El Cuatro Vientos (2014).
Ruiz recordó que ocho años después de la desaparición del avión surgió el mito, alimentado por la prensa durante siete décadas, de que el aparato había caído en la Sierra Mazateca entre los estados mexicanos de Puebla y Veracruz, y que un grupo de indígenas había asesinado a Barberán y Collar para robarles.

¿Tiene usted un pozo de petróleo en el patio de su vivienda?





Desde hace mucho se conocen evidencias de la existencia de yacimientos de petróleo en nuestra provincia, un primer informe de 1537 enviado por el conquistador Fernando de Oviedo, da cuenta al rey de España sobre yacimientos de asfalto semi líquido en la costa cerca de Maternillos, de hecho y con posterioridad numerosas embarcaciones eran calafateadas en ese lugar con ese producto.

Míster Miller, Gonzalo, y el olvido del ingenio...



Dicen que en 1952 el tal Míster Miller, un yanqui buena gente, no les permitió a Nené Alfonso y Manolo Docampo comprar el antiguo trapiche La Lucrecia, siete millas al sur de Lugareño, poblado ubicado 60 kilómetros al noreste de Camagüey. Para esa fecha aún se conservaban los restos metálicos de unos 30 molinos en el área y los dos amigos formaban fortuna comprando y revendiendo hierro.
Pero a Míster Miller le gustaba ese específicamente. Por ello encomendó al joven Gonzalo la acérrima  tarea de  “transportarlo intacto” y de emplazarlo justo en frente del ingenio de las seis torres, que ese mismo año realizaría la mayor zafra en tiempos del capitalismo y la segunda más grande de su historia.
Por una razón al “americano” le parecía importante: a principios del siglo XX aquellas piezas habían viajado en barco desde Brooklyn, Nueva York, junto a una locomotora de vapor  Made In Philadelphia. Miller exigió también el traslado de las pailas, donde a base de paleta y carbón los negros esclavos obtenían el moscabado, azúcar sin refinar en forma de bloque. Como no era bruto el gringo, creó así su museo propio.

Las muletas del pirata Jean Laffit



Nacido en 1768 en Saint Malo, población del país vasco francés, Jean Laffit, conocido durante casi toda su vida como “El pirata del golfo”, fue tal vez el ultimo, pero no el menos importante de los bandidos de la época de oro de la piratería.
 Inició su carrera a los 13 años en un buque corsario de 40 cañones y pronto fue el terror de los enclaves ingleses de la India. A principios del 1800 llegó al Caribe con patente de corso de la corona francesa y estableció relaciones con las tropas norteamericanas en su lucha contra la corona inglesa. Se unió a los patriotas a cambio del perdón de sus fechorías y en 1805 se le encargó patrullar con 5 barcos y 300 hombres el golfo de México, aunque se sabe que mientras tanto fue espía al servicio de España en New Orleans.

Viernes 4 de julio de 1851 La primera vez que ondeo en Camaguey la bandera de la estrella solitaria



Reunido en la finca San Luis a principios de mayo con revolucionarios procedentes de San Miguel, Guáimaro, Las Minas y Cascorro para ultimar los detalles del alzamiento contra el gobierno peninsular que se realizaría en la sabana de Guanamaquilla el 1 de julio, supo Joaquín de Agüero y Agüero que el Teniente Gobernador de Santa María del Puerto del Príncipe, Mariscal Lemery había ordenado la detención de numerosos camagüeyanos al ser descubierto el movimiento de la la Sociedad Libertadora 

Las congas camagüeyanas y notas a su historia.



Entre los años de 1920 y 1930 se produjo en la ciudad de Camagüey un importante fenómeno cultural para el desarrollo de nuestra cultura. Eta fue la década en que las agrupaciones congueras se sumaron definitivamente a los desfiles y paseo del San Juan.
Con independencia de las fiestas populares de otros pueblos y ciudades del país, en Camagüey los cabildos de negros libertos asentados en la periferia de la población, barrios de indios, como se les llamaba a estos asentamientos suburbanos, organizaban toques de tambor o congas, atendiendo cada cual a sus etnias, entre estas aquellas procedentes de Dahomey, el Congo, Angola o Guinea. 

Algunas historias de la flora principeña.



Junto a las historias cotidianas tejidas a lo largo de medio milenio en Santa María del Puerto del Príncipe, no solo aparecen las personalidades que marcaron épocas y cada una atemperada a su tiempo, hubo igualmente personajes que entretejieron leyendas y anécdotas en la población o quedaron de alguna manera fijadas en las páginas de los periódicos y la memoria de las gentes.
De estos últimos se podría hablar de Ginebrón, aquella tosca mujer bebedora de trago largo que originó más de un reyerta pública con la policía, o “El Resbaloso” aquel rescabucheador antológico nunca identificado. Pero tuvimos en esa galerías ejemplares de la fauna como el aura blanca, el sinsonte principeño o las guineas de Cadiz.

Puerto Piloto



 En días como hoy de tórrido verano, muchos viajan para vacacionar desde la ciudad de Camagüey hacia Los Cagilones del río Máximo, o van a las playas de Santa Lucía, y por supuesto a las tradicionales de Tarafa, Cuatro Vientos, Santa Rita y Varaderito, todas en la bahía de Nuevitas.
Los Cangilones se ha convertido en un hermoso balneario de aguas frías y cristalinas en medio de una sorprendente geografía que inmediata a la Sierra de Cubitas, coloca toda la Naturaleza al alcance de la mano con un paisaje no repetido en el país.

Día de las madres


Viajando en el tiempo descubrimos que durante el siglo XVII, en Inglaterra se estableció el Mothering Day, el cuarto domingo luego de Pascua (diciembre). En esta fecha los sirvientes de los grandes castillos tenían el día libre y pagado, y eran alentados a que volvieran a sus pueblos natales, para visitar a sus madres y compartir una jornada de festividades y agradecimientos en la iglesia local, tradición que fue asimilada medianamente por los estadounidenses del siglo XIX.
 El origen de esta fecha, tal y como hoy la conocemos, se remonta a 1905 cuando la maestra de Filadelfia, Anna Jarvis, a raíz de la pérdida de su propia progenitora, comprendió cuán importante es demostrar el afecto a las madres mientras la tenemos con nosotros.
Anna, junto a un grupo de amigos, comenzó una campaña por correo para tener el apoyo de ministros influyentes, hombres de negocios y congresistas y poder declarar oficialmente una fecha festiva para ellas.

La ciudad del silencio de Camagüey cumple dos siglos.




En un fértil potrero al sur de las afueras de la villa de Santa María del Puerto del Príncipe, cosa de media legua del río Tínima, fue abierto al público el martes 3 de mayo de 1814, el Cementerio General de Camagüey que es en la actualidad el más antiguo en funcionando en Cuba y cuyo espacio hoy se encuentra comprometido con el entrame urbano de la ciudad.
En realidad no se trató entonces de un nuevo cementerio sino la adecuación del cementerio de la parroquia del Cristo del Buen Viaje, levantada en 1792, para asumir la función de un cementerio de ciudad. Tengamos en cuenta que este camposanto tiene la particularidad de que las tumb Camagüeyas más antiguas, localizadas en el primer tramo, corresponden a la tipología de panteones adosados a paredes, que era lo que entonces se utilizaba en las de la iglesia. De todas formas esa fue la antesala del Cementerio General, y ese propio nombre rompe con la dependencia de la Iglesia Católica. 

El rio Hatibonico


EL río Hatibonico nace en las sabana serpentinosa del norte de la ciudad de Camagüey y cruza por ella del noroeste al sureste, para ir a desembocar luego de unirse al río Tinima y conformar el San Pedro en las marismas costeras del sur.
El Hatibonico entra a la ciudad a través de la circunvalación norte hasta acercarse al reparto Puerto Príncipe, que es uno de los más modernos construido a finales de la década de 1950. Justo al abandonar esa urbanización le alcanza el arroyo del Güije, que viene desde el oeste y es uno de sus más importantes afluentes.

Un paracaidas sobre la ciudad




En realidad la fiebre mundial de la aviación llegó a Camagüey con casi 20 años de atraso, y aunque aun faltaban otros diez para que se hiciera realidad la azaña de Barberán y Collar, lo cierto es que para aquella década aún andábamos a la zaga, a pesar de que andando el tiempo la ciudad se colocaría entre las primeras del país en la técnica aeronática.
 
De todas formas en esos años se sucedieron dos hitos, la llegada en 1922 de la Empresa Hispano Cubana de Aviación, para inaugurar un campo de aterrizaje en el reparto La Vigía, cerca del Hotel Camagüey, edificio hoy ocupado por el Museo Provincial Ignacio Agramonter, y el arribo a finales de enero de 1928 de una compañía norteamericana dedicada a ofrecer espetáculos aéreos.

Los acróbatas instalaron su pista al sur de la ciudad, en una zona conocida entonces como la sabana de Los Marañones, que es donde hoy se levanta el Hospital Provincial Pediátrico Eduardo Agramonte Piña y parte del reparto Torre Blanca, junto al camino a Santa Cruz del Sur. Como en su campaña de propaganda los aviones se dedicaron durante dos días a atronar el aire mañana y tarde sobrevolando a baja altura los techos de las viviendas, las autoriodades se vieron precisadas a intervenir en el asunto, limitando los vuelos sobre la población.

Recuerdos y personajes de la ciudad


Numerosas sombras acompañan las historia lugareñas del Camagüey. Muchas desdibujan tristes figuras que dejaron huellas y memorias en las calles y zaguanes. Anécdotas y recuerdos en alguna esquina que tal vez alguna crónica recogió. De pocas se conoce sus nombres o desde dónde llegaron y a dónde fueron. Qué esperanzas tuvieron o cómo vivieron.
El primero en los recuerdos del viejo Puerto del Príncipe es El rey de los matojos, negro viejo de blanca barba patriarcal, solemne y altivo. Siempre vestido de casaca llevando un libro en una mano y un bastón en la otra. Solitario recorría silencioso nuestras más antiguas calles sin saber nadie de donde llegaba o a dónde iba. Llegadas las fiestas del San Juan era el obligado acompañante de la reina de la plazoleta de Triana a la que por muchos años acompaño sin que nadie le cuestionara ese privilegio dado no se sabe por quién o cuándo.
La señora Cleofás hay era otra cosa, Dura anciana que tenia una escuela de instrucción primaria en el callejón del Príncipe, actual Goyo Benítez, y que según ella misma decía, “enseñaba a la camagaüeyana” . No se recuerda muchacho díscolo o rebelde que no temblara de miedo cuando se le amenazaba, sino corregía su conducta, con enviarlo a la escuela de la señora Cleofás, donde los coscorrones y la varilla andaban a la orden del día.

Un discurso de historia



Durante la ceremonia con la que en la mañana del domingo 1 de abril de 1908 se inauguró el servicio de tranvías en nuestra ciudad, hubo un almuerzo homenaje ofrecido por el Ayuntamiento de Camagüey a los ejecutivos de la Compañía Eléctrica de Puerto Príncipe, entidad a cargo de la obra, así como a las autoridades civiles y militares, como entonces era costumbre. 

Durante el acto celebrado en los salones del antiguo Hotel Camagüey, menudearon los floridos discursos propios de una época de grandes oradores que hacían de la palabra una profesión singular. 
 
Hablaron notables figuras de la política criolla de reconocida presencia, sin embargo hubo entre todos un discurso que ha llegado a nuestros días y fue el realizado por una persona poco conocida y aún cuestionada, pero cuya pieza oratoria resultó extraordinaria. 

Caonao, la primera victoria sobre la conquista española en Cuba.




Las crónicas no consinan el nombre original de aquel promontorio asomado sobre la bahía de Puerto de Mares sobre el cual los primeros conquistadores del nuevo mundo decidieron instalarse.
Debieron, parece, compartir el habitad con colonias de alguna especie de aguilucho pescador que por parecido y gañido agudo nombraron guincho, voz que denomina a una especie de águila costera de las Islas Canarias a la que conocían perfectamente bien.
Desde entonces punta del Guincho, al costado de la bahía de Nuevitas, entró a la historia de América.

Algunos fundadores de Santa Martía del Puerto del Príncipe


  A lo largo de medio milenio muchos documentos de la villa de Santa María del Puerto del Príncipe fueron dados por perdidos.
Incendios, asaltos de piratas, huracanes, inundaciones, saqueos, negligencia, olvidos, omisiones.... La historia fue quedando desgajada de uno a otro año y aun superviven numerosas incógnitas transitando entre nuestras calles.
En la relación de algunos pobladores de la villa durante el siglo XVI aparecen anotados junto al resto de los vecinos varios que fueron fundadores de Puerto Príncipe. Los datos fueron rescatados y recopilados por Amparo Fernández Galera, en su libro Cultura y Costumbres en Puerto Príncipe, siglos XVI y XVI, tomando como fuentes registros del Fondo de Iglesia Parroquial Mayor, Índice y extractos del Archivo de Protocolos de La Habana, Apuntes de Camagüey, Arzobispado de Camagüey, Cronología Camagüeyana, entre otros.
Bien merece la pena tener en cuenta a estas personas que sentaron sus reales en los primeros años de la villa cuyos apellidos, a partir de allí, comenzaron a extenderse hasta llegar medio milenio después a nosotros.

Cinco plazas camagüeyanas



 
  Con cada aniversario de la ciudad (2 de febrero) es costumbre, a las seis de la mañana, tocar la diana mambisa, llamado de corneta con el que en los campamentos insurrectos, durante las guerras por la Independencia, se ponían de pie o iniciaban la marcha.
En nuestrta ciudad se escogieron cinco de las plazas emblemáticas por su antiguedad en el conjunto urbano y sus historias vinculadas al desarrollo de la población.





Hojas sueltas



---Según las crónicas, la primera campana recibida en la villa de Santa María del Puerto del Príncipe llegó el 8 de enero de 1519. La pieza era de una aleación de cobre y pesaba cuatro arrobas, tenía además grabada una inscripción que decía “Sta. María, 1518, Sevilla”. Esta campana se perdió en los vaivenes de la historia de la villa.
---El 3 de julio de 1664, a tambor batiente, se anunció por las calles de la ciudad que por Decreto Real se concedía el titulo de Don a toda persona que fuera blanca y demostrara limpieza de sangre, además de pagar de 200 a 800 pesos según el tiempo que deseara disfrutar del titulo.

---El primer ciclón del que se tienen noticias, al menos de manera oficial en el territorio camagüeyano según las actas capitulares del Ayuntamiento de Puerto Príncipe, data de octubre de 1712. De el se dice que destruyó todos los caseríos de la Sierra de Cubitas, incluyendo Banao que era la cabeza de ese Partido.

La onda del trigémino en Cuba



!Hace años en mi término, / me encontraba paralítico,/ y me dijo un hombre místico / que me extirpara el trigémino!.
Suelta la muleta y el bastón,/ y podrás bailar el son.
Suelta la muleta y el bastón. / y podrás bailar el son”.

 Miren, acabo de escuchar una grabación realizada allá por el 1930 e interpretada por el Trío Matamoros. Se trata de El Paralítico, son alegre y pegajoso que ha llegado a nuestros días tan fresco como la primera vez.

"!Suelta la muleta y el bastón/ y podrás bailar el son!"

En verdad que hasta aquel año por lo menos, en Cuba, nada había llamado tanto la atención, luego del cometa  Halley,y La Macorina como aquello de las fantásticas curas realizadas por el médico español Fernando Asuero y Sáenz de Cénzano, nacido en San Sebastián, España, el 29 de mayo de 1887.
Asuero procedía de una ilustre familia de cirujanos en la que destacó especialmente su abuelo,Vicente Asuero y Cortázar, que fue catedrático de Terapéutica General,
Farmacología y Arte de Recetar, y médico personal del rey consorte Francisco de Asís,por lo que no es de extrañar que su nieto Fernando se decantara por esta profesión formándose en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Madrid, primero, y en las de París y Cambridge,después.