EL
río Hatibonico nace en las sabana serpentinosa del norte de la
ciudad de Camagüey y cruza por ella del noroeste al sureste, para ir
a desembocar luego de unirse al río Tinima y conformar el San
Pedro en las marismas costeras del sur.
El
Hatibonico entra a la ciudad a través de la circunvalación norte
hasta acercarse al reparto Puerto Príncipe, que es uno de los más
modernos construido a finales de la década de 1950. Justo al
abandonar esa urbanización le alcanza el arroyo del Güije, que
viene desde el oeste y es uno de sus más importantes afluentes.
El
Hatibonico luego flanquea por un tramo la avenida Carlos J. Fínlay y
entra al reparto Saratoga para, tras el reparto Las Mercedes, cruzar
bajo la línea del ferrocarril central a la altura del reparto La
Norma, donde existe un viejo puente de hierro que es uno de los dos
que aun quedan en pie en el entorno de la ciudad, ( el otro se
encuentra en la propia línea para cruzar sobre el Tínima al extremo
noroeste de la población). En La Norma y a orillas del río existió
una importante fábrica de velas que se fue a bolina cuando la
empresa eléctrica extendió sus cables por la ciudad.
A
partir de allí el río camagüeyano serpentea por la zona de La
Zambrana, lugar donde junto al magnate canadiense, el ferrocarrilero
Sir Willkiam Van Horne, numerosos ricos industriales y hacendados
levantaron sus mansiones próximos al Hatibonico, convirtiendo el
espacio en atractivo lugar de paseos y romerías de fin de semana.
Incluso, cuando una linea de tranvías circunvaló el reparto se
proyectó la construcción de un aeropuerto en el lugar.
Resultaba
tan hermoso este sitio a los camagüeyanos que cuando aquella
histeria de la llegada del cometa Halley a la Tierra, la empresa
tranviaria y otros avispados comerciantes, organizaron giras y paseos
al lugar para desde allí ser testigos del fin del mundo.
La
quinta San Zenón, que era la Van Horne fue, en la década de 1920,
campamento militar de las tropas intervencionistas norteamericanas
cuya estancia en la ciudad trajo tantos contratiempos a nuestra
población. Posteriormente la mansión fue donada al Gobierno Cubano
y en ella radicó por muchos años la Escuela Normal para Maestros.
En lo actual, y cuando los maestros contaron el el Instituto Superior
Pedagógico José Martí, pasó a ser la sede de la Asamblea
Provincial del Poder Popular.
Por
esa zona y a la entrada de La Zambrana, en la prolongación de la
calle San Esteban, a la entrada del reparto Saratoga, existía un
inmenso puente de hierro de una sola vis, por donde circulaban los
tranvías, pero también el ferrocarril, pues por esa línea llegaban
a la Planta Eléctrica los carros cisternas de petróleo para esa
empresa.
En
la extensión de la calle Ignacio Agramonte, paralela a la anterior,
está el otro puente que comunica con el mismo reparto. Ese paso fue
hasta el 1953 de madera, y entonces era de una sola vía.
Un
poco más allá, al fondo de la Planta Eléctrica, el Hatibonico fue
represado para que las aguas entraran a la industria por un sistema
de tuberías y enfriaran los equipos de generación. Por supuesto
que la pequeña presa se transformó en una atractiva piscina para la
muchachada del entorno.
Por
ese mismo punto el Hatibonico llega a su parte más hermosa, el
popular Casino Campestre, el más espacioso parque urbano del país
sombreado de árboles y monumentos donde también existe un pequeño
zoológico. En ese punto del Casino Campestre al río se suman las
aguas de su más importante afluente, el arroyo Juan del Toro. En ese
mismo sitio se levantaba, durante el siglo XVI, un pequeño
cachimbo para la fabricación de azúcar y miel y que fue, según las
crónica, el primer ingenio azucarero que se instaló en la comarca,
aunque no el único.
En
la margen izquierda se encuentra el barrio de Triana, porción de
la ciudad muy antigua y cuna de cabildos y fabulosas fiestas
populares, en especial por las calles Palma y los extremos de los
callejones de Montera, Triana, Tío Perico, Las González y Funda
del Catre.
Al
final de una de estas callejas existió un pequeño embarcadero de
botes a orillas del cual vivía Pedro Cecilia, negro congo dedicado a
la pesca de biajacas y jicoteas, quien disfrutó de cierta
popularidad y a quien se le conocía como Tío Perico, de allí el
nombre de la calle cuyo titulo oficial es Vate Morales.
Más
arriba estaba la Poza del Mate, convertida en piscina natural para la
gente del barrio de Rosario y Tucunicu, y que es el punto donde
concluye el callejón de ese mismo nombre, pero conocido también por
Funda del Catre, aunque su nombre oficial el Ramón Ponte. Después
viene el Paso de Las Lavanderas, que es donde se encuentra el moderno
puente
Caballero
Rojo.,
Al
entrar el Hatibonico a las orillas de la barriada de La Caridad, por
el malecón y el paseo construido hace unos pocos años a la vera del
edificio del Ministerio de la Agricultura, se tiene acceso a la
ciudad por unos de sus más emblemáticos puentes, el de La Caridad,
construido en la medianía del siglo XVIII y que posiblemente sea una
de las obras más antiguas de la ciudad aun en funciones. Tan
resistente es su construcción que no solo ha enfrentado incontables
inundaciones conocidas en la ciudad sino que hace poco, durante obras
de dragado, se descubrió que un sillar de unas de sus arcadas había
sido erosionada y se mantenía en el aire. Sin embargo la estructura
del puente ni siquiera pareció notar esa falta de apoyo.
Los
accesos de este puente une el sector este de Camagüey con las
importantes vías de República, Independencia y Cisneros.
Y
allí mismo, donde está la pizeria Hatibonico, se levantó durante
la década de los años 1930 el club Riverside, centro preferido de
de reunión de la juventud lugareña.
A
partir del puente de La Caridad y en los inicios de la Avenida de La
Libertad, eje principal del barrio de La Caridad, se encuentran
antiguos palacetes de lo mas rancio de la burguesía criolla del
siglo XIX y del XX, el primero de ellos perteneciente a la familia
Agramonte Simoni.
Luego
las aguas bordean la Carretera Central, dejando a un lado las zonas
bajas de las calles Matadero, San Rafael y San Juan de Dios, barrio
de Los Indios de las Cinco Esquinas, gente brava, muy pobre y unida,
que durante las guerras por la independencia lograron poner a salvo a
numerosos patriotas debido a que no siempre la tropa española se
decidían entrar a esas barriadas.
Luego
de cruzar la Carretera Central, el Hatibonico entra a los repartos de
Vista Hermosa, La Belén y El Jardín, donde se le incorpora el
arroyo de La Carbonera, que sube desde el sureste cruzando por
numerosos repartos como Marquesado, Salome y La Esperanza
Finalmente,
allá por el camino de Camujiro, el Hatibonico se une al Tinima que
viene fluyendo casi recto desde el norte, para formar ambos en ese
punto el río San Pedro.
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