La casa de la Cruz Grande.


Cuando Vasco Porcallo de Figueroa y de la Cerda, murió en la villa de Santa María del Puerto del Príncipe en el 1550 nos dejó como herencia una tan larga descendencia, que aun hoy no pocos camagüeyanos deben sus apellidos a este audaz aventurero.
Nacido en Cáceres, en 1487, Porcallo fue uno de los pocos, o el único de los conquistadores llegados a la América que descendía de una familia noble de España. Procedía de los duques de Feria y a la vez de los reyes de Castilla, Navarra, León, Aragón, Escocia y Portugal, de los Capetos de Francia y de los Plantagenets de Inglaterra. Entre sus muchos antepasados reales se encontraba el rey de Francia Luis IX (1214-1270). Nunca mas nuestra población ha tenido un vecino como aquel.
Según la historia Porcayo fue un personaje controvertido, pues resultó un sanguinario militar y encomendero que participó en la conquista de Cuba, México y La Florida junto a Hernán Cortes y Fernando de Soto. En Cuba fundo casi todas las primeras villas incluyendo Santa María del Puerto del Príncipe, abrogándose el derecho de tomar decenas de indios como encomendados y un buena cantidad de negros esclavos. Protector de la iglesia tenia la costumbre de hacer leer diariamente a sus indios prisioneros paginas y paginas de la biblia. Aquello debió ser insoportable pues una buena cantidad de aborígenes prefirió suicidarse, tanto es así que el Gobernador tuvo que intervenir o la isla se quedaba sin habitantes.


Aparte de esta sana costumbre de la lectura su único defecto fue la extrema crueldad como amo y señor aun con sus soldados a quienes no tenia a mal asesinar personalmente cuando alguno le parecía discrepar. Mirando bien la historia Vazco no fue tan malo como algunos quieren hacer ver, pues trató con cariño a sus hijos de damas españolas, indias o esclavas negras. Procuró casar a sus hijos con españoles o mestizos de buena posición y los ayudó económicamente. Oficialmente se le reconocen 14 hijos, pero debieron ser muchos mas ya que tenía residencia en casi todas los primeros poblados.
Aparte del tiempo dedicado a a tener hijos aun tuvo oportunidad para enriquecer su patrimonio, de allí que sus haciendas se extendían desde la provincia de Camagüey hasta Las Villas, convirtiéndose en el terrateniente más rico de Cuba.
En 1544, cuando Porcallo tenía 56 años, el obispo Sarmiento visitó Puerto Príncipe y escribió: “El 30 de marzo vine a esta villa del Puerto del Príncipe, que visité. Hay 14 vecinos. En la comarca vive Vasco Porcallo de Figueroa, la más calificada persona de esta isla, de linaje y hacienda. Tiene en esta villa casada dos hijas mestizas con dos de los principales Della y donde su Sabana (Remedios) que por mar y tierra dista de aquí cien leguas, viene siempre a residir aquí parte del año. Es generoso y animoso, y es mucha parte para sustentar esta villa y de la Sancti Espíritus. Todos le respetan como a padre, por sus buenas obras”. 
 En una de las paredes de la única vivienda que existe en la esquina de las calles General Gómez y Goyo Benítez está empotrada en una de sus paredes una gran cruz de madera, el lugar es conocido como “la casa de la Cruz Grande”. Según crónicas se trata del primer monumento levantado en la ciudad y ella representa el sitio desde donde en el 1528 se inicio el asentamiento de la villa . En torno a la cruz se delineo la plaza de armas y las construcciones de Ayuntamiento, parroquia y tenencia de gobierno, así como la residencia de Vazco Porcayo. La plaza desaparecido durante el incendio de 1616, que es cuando fue trasladada hacia la actual plaza de Maceo.
Vazco Porcayo murió en la villa de Santa María del Puerto del Príncipe en 1550 y fue enterrado bajo el altar mayor de aquella primera iglesia parroquial,.Como no existe documento que certifique el traslado de su cadáver, es bien posible que bajo los escombros de la Casa de la Cruz Grande esté aun su ataúd.








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