Singular estafa de “Cascarita” a un billetero

Camagüey, 6 de junio de 1949; Ante el carpeta de la Primera Estación de la Policía, sargento Uribe Olivera, se presentó el ciudadano Hernando del Moral Díaz, español, blanco, con instrucción, de 46 años de edad y vecino accidental del hotel Sevilla, para denunciar los hechos que a continuación se detallan.

Que en oportunidad de estar vendiendo sus billetes en la plaza del mercado de Santa Rosa, hubo de acercársele un ciudadano al que solo conoce por el apelativo de “Cascarita”, quien dijo tener el interés de comprarle un billete entero de la Lotería Nacional, porque había tenido un sueño con el número 058239, que era precisamente uno de los que él estaba vendiendo, por lo que aquel encuentro, dijo el tal “Cascarita”, parecía ser una profecía.


Que el tal “Cascarita” le dijo que antes de realizar la compra tenía que bendecir y “limpiar” el billete, por lo que Hernán del Moral debía de acompañarlo hasta su casa, que resultó ser la cuartería que se encuentra en la calle de San Ramón, entre San José y línea del ferrocarril, entregándole el billete al presunto comprador, quien en compañía de otro hombre que no conoce, entró en la habitación número 17 con los billetes en una mano y una botella de ron en la otra para el trabajo de “limpieza”, encerrándose ambos en el cuarto, quedando el tal Hernán afuera  mientras se realizaba la ceremonia escuchando por un tiempo voces y cantos.

Que como después se hizo el silencio en el interior de la habitación y pasaron como dos horas, se vio precisado, luego de llamar al tal “Cascarita” con insistencia y tocar a la puerta, empujar esta, la que se abrió encontrando la habitación vacía, con una ventana abierta que daba a la otra calle, y por donde debieron fugarse esos individuos con su billete, sin que hasta ahora nadie sepa a donde fue  el ingenioso estafador y su colega, por lo que al dar cuenta a la policía expone que ha sido perjudicado en la cantidad de siete peso con treinta centavos, incluyendodos tabacos, una libra de tasajo y media botella de ron que “Cascarita” le pidió le comprara para apaciguar los malos pensamientos.

Del caso se ha dado cuenta al Señor Juez Correccional.

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