Del
29 de marzo al 1 de abril de 1956 nuestro grupo de  exploradores
estuvo acampado en los cangilones del río Máximo  tomando un 
cursillo de los que entonces ofrecían algunas instituciones cívicas
para despertar el interés entre la juventud hacia la Naturaleza; el
programa incluía visitar aquella parte de la  porción oriental de
la Sierra de Cubitas. y recoger muestras de su vegetación y
estructura geológica.
Al
segundo día del campamento  nos alejamos hacia la finca El Infierno,
propiedad de los Ballaga, extensa familia de profundas raíces
cubiteras cuya vivienda principal era una inmensa armazón de guano y
tablas orillada al camino principal que bordea todo el sur de la
pequeña cordillera.
 

