Desde
la época colonial gustos de los camagüeyanos por el mueblaje de sus
viviendas estuvo dividido en dos. De una parte la burguesía española
prefería importar desde la Metrópolis sus pesados muebles
constituidos por decenas de piezas de sobrio diseño, con
independencia de alguna influencia francesa o inglesa, de la otra los
criollos con gustos por los muebles fabricados en los aserraderos
lugareños con maderas del país, estos eran muebles más livianos y
dotados de un cierto aire “tropical” como sillones reclinados,
butacones tejidos, y cómodos balances que en la carpintería
española no tenían cabida.
Con
el tiempo y la influencia de la moda, más los avatares económicos,
transformó los gustos que la influencia del mercado norteamericano
se encargó de alimentar con estilos diversos, donde se acusa una
cierta influencia ecléctica. Los periodos art noveau y art decco
dejó huellas también en el mueblaje de nuestras viviendas cuyos
espacios se fueron reduciendo y hubo que buscar formas de comodidad en el interior de las mismas.
Entre
los más antiguos aserraderos del siglo XX se recuerda al Puello,
situado en la avenida al aeropuerto casi frente a la avenida de
Carmona y al aserradero Agramonte, aun en funciones, ubicado al final
de la calle Padre Valencia.
Legañoa
estuvo en Palma casi esquina a la actual Ignacio Agramonte y El
Legendario en la esquina de Martí y Sedano, donde hoy se levanta un
Círculo Infantil. Otaola, en la Avenida de Saratoga y el aserradero
de Hermino Rodríguez, en La Zambrana. En General Gómez y Damas ell
importante aserradero Nápoles
Todas
estas instalaciones vendían la madera aserrada a las fábricas de
muebles, aunque hubo aserraderos que tuvieron sus propias mueblerías,
como El Hogar, de Eligio de la Torre, en la calle de Industria.
Mueblerías
de reconocido prestigio fueron la Casa Gúmer, en República 362, que
con dos plantas no solo fue la mayor de todas, sino que también
vendía artículos electrodomésticos.
Otra
popular mueblería fue la La Casa Venus, que tenía en la ciudad dos
agencias, una en República 53 y la otra en Independencia 109.
La
Rampa estuvo en General Gómez frente al teatro América y La
Venecia, en Avellaneda frente a la estación de policía. Esta
mueblería vendía muebles de numerosos estilos y por encargo, e
introdujo las ventas a plazos. Por ejemplo, juego de sala con 8
piezas podía ser adquirido por tres pesos de entrada y dos pesos
mensuales.
En
la plaza de San Ramón estuvo la popular mueblería La Mejor, quien
coloco a la venta juegos de cuarto, de sala y de comedor a los
precios más baratos y como La Venecia, introdujo los créditos para
facilitar la compra.
El
Umpire radicó en Avellaneda esquina San Martín, donde había estado
un templo bautista, luego de 1959 ese edificio fue frutería, .
almacén, depósito de mieles, comedor obrero, oficinas
de la propia empresa recolectora de miel y luego comedor del Sistema de Ayuda Familiar, SAF.
La
Casa Vidal, estuvo en Padre Valencia no. 2 y El Hogar, que contó con
salón de ventas en la calle República casi esquina a San Martín y
talleres en la calle Industria, este establecimiento se especializaba
en muebles para niños
No hay comentarios:
Publicar un comentario