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El bautizo del Circulo



Según la historia a mediados de 1853, un esclavo de la hacienda El Infierno, situada en el flanco sur de la Sierra de Cubitas, no lejos de los Cangilones del río Máximo, y propiedad de Don Pedro Rodríguez Socarrás, descubrió casualmente, no lejos de la cueva de San Antonio un estrecho boquete escondido en la manigua por el que lanzó una antorcha tratando de hacer luz en el interior de la abertura quedando atemorizado por el inmenso salón que vio debajo, corrió a intercomunicar la noticia a su amo.
Personado en el .lugar, Don Pedro, que era un hombre de luces, hizo ampliar el boquete y en compañía de otro esclavo bajó por una cuerda hasta el piso de la sala iniciando un recorrido a medias, pues la cueva se extendía tanto que tuvo el sentido común de no dejarse arrebatar por el entusiasmo y regresó sobre sus pasos para preparar una nueva y mejor exploración.

La aparición de San Aparicio



San Aparicio llegó una tarde a mi casa por la puerta de la cocina.
Fue tan silencioso que nadie noto su presencia, pero cuando miramos el ya estaba allí, sentado al borde de la tapia que da al patio. Ni una palabra.
En realidad nos dimos cuenta de que alguien ajeno había llegado porque tengo dos gatas, una de ellas tal vez por problemas de edad parece tomar vinagre cada mañana, porque basta mirarla serio un par de veces o que le roces sin querer para que se erice con uñas al aire y todo, así que ya pueden imaginar su comportamiento con extraños.

Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.



El 21 de mayo de 1923 los catalanes Claudio Mons Piqué y Mario Cruanyas, arquitecto y maestro de obras, respectivamente, dieron por termina la iglesia de San Francisco, levantada a un costado de la amplia plaza rectangular donde desde el siglo XVII se levantó la ermita y el convento de San Francisco de las Llagas.
Según el historiador Tomas Pio Betancourt, ya en el 1587 en ese sitio se trató de construir sobre un terreno aledaño al río Hatibonico una ermita a la virgen de la Altagracia pero esa obra no se concluyo. Luego, en una escritura de 1619, se menciona la existencia de una ermita construida en ese mismo lugar y dedicada a la virgen de Santa Ana, situada esta a la entrada del camino del Calvario (actual calle de General Gómez) en las confluencias de las veredas de San Diego y San Francisco, (Martí y Luaces) cerca del Paso Real de Hatibonico y a orillas del arroyo Tucunicu. 

Para otro aniversario de la tragedia de Santa Cruz del Sur. Frente al mar de siempre



Desde hace 29 años tengo una deuda con Tin Cañete.
Hijo de pescadores y el mismo pescador, Salvador Cañete nació en la playa de Santa Cruz del Sur en el 1901 y según me contó, fue también estibador en el puerto de Manopla, embarcadero de azúcar frente al Guacanayabo.
Una vez ambos coincidimos en el parque santacruceños y comenzamos a hablar del ciclón del 1932. Suponiendo yo que debió ser testigo de aquel desastre. Terminamos de conversar en la sala de su casa con una taza de café de por medio rememorando historias acumuladas en sus tantos años de vida.
Luego publicamos, en reducido espacio, parte de esa charla, dejando pendiente algo mas para después. Y como lo que para luego se deja para luego se queda, las notas fueron guardadas en viejas agendas, pero no olvidadas y desde siempre tomé como deuda aquellos recuerdos.
Del ciclón del 32 pasan ya 82 años y Tin Cañete se murió, pero espero que con estos apuntes pueda rendir tributo a la odisea de aquel hombre que vio desde el mar desaparecer todo un pueblo.