Desde
hace mucho se conocen evidencias de la existencia de yacimientos de
petróleo en nuestra provincia, un primer informe de 1537 enviado por
el conquistador Fernando de Oviedo, da cuenta al rey de España sobre
yacimientos de asfalto semi líquido en la costa cerca de
Maternillos, de hecho y con posterioridad numerosas embarcaciones
eran calafateadas en ese lugar con ese producto.
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Míster Miller, Gonzalo, y el olvido del ingenio...
Dicen
que en 1952 el tal Míster Miller, un yanqui buena gente, no les
permitió a Nené Alfonso y Manolo Docampo comprar el antiguo
trapiche La Lucrecia, siete millas al sur de Lugareño, poblado
ubicado 60 kilómetros al noreste de Camagüey. Para esa fecha aún
se conservaban los restos metálicos de unos 30 molinos en el área y
los dos amigos formaban fortuna comprando y revendiendo hierro.
Pero
a Míster Miller le gustaba ese específicamente. Por ello encomendó
al joven Gonzalo la acérrima tarea de “transportarlo
intacto” y de emplazarlo justo en frente del ingenio de las seis
torres, que ese mismo año realizaría la mayor zafra en tiempos del
capitalismo y la segunda más grande de su historia.
Por
una razón al “americano” le parecía importante: a principios
del siglo XX aquellas piezas habían viajado en barco desde Brooklyn,
Nueva York, junto a una locomotora de vapor Made
In Philadelphia.
Miller exigió también el traslado de las pailas, donde a base de
paleta y carbón los negros esclavos obtenían el moscabado, azúcar
sin refinar en forma de bloque. Como no era bruto el gringo, creó
así su museo propio.
Las muletas del pirata Jean Laffit
Nacido en 1768 en Saint
Malo, población del país vasco francés, Jean Laffit, conocido
durante casi toda su vida como “El pirata del golfo”, fue tal vez
el ultimo, pero no el menos importante de los bandidos de la época
de oro de la piratería.
Inició su carrera a los
13 años en un buque corsario de 40 cañones y pronto fue el terror
de los enclaves ingleses de la India. A principios del 1800 llegó al
Caribe con patente de corso de la corona francesa y estableció
relaciones con las tropas norteamericanas en su lucha contra la
corona inglesa. Se unió a los patriotas a cambio del perdón de sus
fechorías y en 1805 se le encargó patrullar con 5 barcos y 300
hombres el golfo de México, aunque se sabe que mientras tanto fue
espía al servicio de España en New Orleans.