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El Aura blanca


La leyenda del aura blanca,tal vez la más conocida de todas en la ciudad de Camagüey y que junto otras no menos populares forma parte de nuestra cultura popular, tiene, contrario a otras muchas fábulas, un soporte perfectamente real.

Según se sabe, aquella aura blanca que dio motivo a la leyenda asociada al padre Valencia y llevada a la literatura por la escritora camagüeyana Gertrudis Gómez de Avellaneda, estuvo por muchos años  expuesta en la librería El Pensamiento, de la ciudad de Matanzas, ciudad que la considera por demás, entre sus valiosos tesoros del patrimonio histórico.


La leyenda tratada con amplitud por muchos historiadores, que de uno a otro año la aderezaron a su gusto, regodea la “milagrosa” aparición en el patio del leprosorio de San Lázaro, de una tiñosa común (Cathartes aura) pequeño buitre amenricano que, en vez de ser negra como la noche al igual que sus congéneres, era por el contrario, blanca, la que además, fue fácilmente capturada. 

Como el benefactor de ese hospital había acabado de morir, dejando en la indigencia a la institución que el personalmente mantenía pidiendo limosnas calle por calle, aquella aparición del ave fue explotada por los enfermos con el natural misticismo que genera la desesperación, viendo en el aura la encarnación del sacerdote que había regresado en su ayuda. Y en efecto, al correrse la voz de la presencia de un aura blanca, decenas de lugareños acudieron al lugar, contribuyendo con limosnas a aliviar la situación ya desesperadas.

Fue por esa esquina que desembocó la leyenda.

Radicado en Puerto Príncipe desde hacia algunos años, el comerciante español Don José Gómez, adquirió en el propio lazareto y a un alto precio la curiosa ave ya embalsamada, remitiéndola en 1884 a su amigo el naturalista matancero Don Francisco Jimeno, permaneciendo desde entonces el aura en esa ciudad, sin que en lo actual muchos sepan en verdad su procedencia.

La existencia de un aura blanca no fue patrimonio camagüeyano, pues a mediados de 1924, la prensa local reportó la captura de otra aura blanca en los alrededores del poblado de Las Tunas, de donde fue traída a Camagüey, exhibiéndose al publico por unas cuantas semanas, hasta que finalmente fue robada y hasta el sol de hoy.

Mucho después, en una fecha tan cercana como el 30 de octubre de 1975, se dio la noticia de que en el patio de la industrias cárnica Raúl Cepero Bonilla, situada en la Carretera de Santa Cruz del Sur, había sido capturada otra aura blanca, pero de estas desconocemos su destino.

En el Museo Provincial Ignacio Agramonte, de la ciudad de Camagüey, se encuentra depositada un ejemplar de aura blanca, aunque de ella se sabe poco pues se desconoce cuándo o cómo llegó a ese lugar. ¿Será acaso el aura perdida en 1924?

Debemos señalar que con independencia de historias o leyendas, y aunque resulta poco común, el fenómeno del albinismo que aparece entre todos los seres vivos, incluye igualmente a las aves, por lo que resulta tema de interés en el orden biológico y nada tiene que ver con apariciones místicas ni mucho menos






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