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Presencia de una ciudad distinta, pero igual


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Siempre viejas postales descoloridas por el tiempo y la distancia nos traen en zaguanes el hálito de la ciudad soñada; el Camagüey detenido a la sombra de los siglos bordando callejones sombreados y tañer de campanas.
Pero el pueblo centenario no es solo adoquines y arcadas de medio punto, a la vera y sobre estos cimientos se levanta una ciudad distinta pero igual, contemporánea al rescoldo de un modernismo de asfalto, edificios de cristal y entornos de este futuro que nos llegó, tal vez, demasiado pronto para los lugareños. 

Dichos y hechosDichos y hechosDichos y hechos



Existen dichos y sentencias que se pierden en la memoria de los tiempos, y aunque los camagüeyanos de ayer no son los de ahora, y ni siquiera nuestra ciudad es la misma, siempre tenemos el tiempo de la historia a nuestro favor sumando en esa pagina leyendas y memorias.
En este capitulo podemos incluir, por ejemplo, dichos o muletillas en el hablar cotidiano de nuestro país, como por ejemplo el aquello de “!Aquí, en el tíbiri tábara!”, o “¿Me dijiste?”, “!Pá su escopeta!”. Lo mismo que “ese es mi calavera” para significar “ese es mi amigo, ni socio”. Esa es una expresión lucumí adoptada por el hablar criollo callejero que se extendió con facilidad