Existen dichos y
sentencias que se pierden en la memoria de los tiempos, y aunque los
camagüeyanos de ayer no son los de ahora, y ni siquiera nuestra
ciudad es la misma, siempre tenemos el tiempo de la historia a
nuestro favor sumando en esa pagina leyendas y memorias.
En este capitulo podemos
incluir, por ejemplo, dichos o muletillas en el hablar cotidiano de
nuestro país, como por ejemplo el aquello de “!Aquí,
en el tíbiri –
tábara!”, o “¿Me
dijiste?”, “!Pá
su escopeta!”. Lo mismo
que “ese es mi calavera”
para
significar “ese es mi amigo, ni socio”. Esa es una expresión
lucumí adoptada por el hablar criollo callejero que se extendió con
facilidad
Aquí en la ciudad se
utilizaba el aquello de “Darle
balay” cuando queríamos
deshacernos de algo molesto o que no lo teníamos en importancia,
como quien dice “deja
eso”. Balay es una cesta
con la que se aventaba o limpiaba el arroz muy utilizada en las
cocinas principeñas durante los tiempos de la colonia.
¿Y qué me dicen del
sonoro vocablo camagüeyano de “!Cojoyo”!.
con el que le damos un fuerte espaldarazo a cualquier suceso o
noticia recibida?.
¿Has escuchado el dicho
lugareño de; “...a ese se
lo va a comer la puerca de Vega?”
De
seguro que no, pues mira esa sentencia se origino en Sibanicu, lugar
donde me aclararon su procedencia. Resulta que al fondo de la valla
de gallos de esa población vivía un campesino de apellido Vega,
quien tenia una gran cochinata muy glotona, la que alimentaban con
cualquier cosa, incluso con los gallos muertos durante las peleas en
la valla, por lo que con el tiempo el aquello de “a
ese se lo va a comer la
puerca de Vega”
equivalía a que la persona de la que se tratase estaba en la
fuácata, o sea, a punto de palmar
la calavera
en crisis espiritual y económica.
A
mediados del siglo XX decir “vete
a llorar a la linea”
o “voy
a tener que ir a llorar a la linea” significaba
que cuando tenias un problema nadie te escuchaba o resolvía ayuda
por lo que cada cual tenia que resolverlo a su forma o manera, en
solitario, porque ir a la linea es como ir a quejarse ante el muro de
las lamentaciones.
También
en Camagüey vivió allá por los finales del siglo XIX una popular
maestra, Mariana Navas Castillo se llamaba, muy inteligente dispuesta
pero con el defecto hacer alarde de sus conocimientos en cualquier
sitio, viniera o no al caso. De allí que cuando se hacia referencia
a alguna persona impertinente o alardosa, se le decía “eres
mas sabichoso que la Nava”.
Lo
mismo que. “ese
fulano es mas bravo que Francisco Esteban”
para destacar la valentía o disposición de alguna persona, en
realidad he buscado y buscado en libros y documentos y no se en
realidad quien fue este o Francisco Esteban ni de donde nos llego esa
frase.
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