Al
atardecer del lunes 27 de julio de 1903 cuando el vapor de pasajeros
y correos Nuevo
Mortera
se disponía a entrar al canal de la bahía de Nuevitas, encontró en
su camino de forma sorpresiva a un buque de carga que navegaba en
dirección contraria y con el que no pudo evitar la colisión en tan
estrecho paso. Tras en impacto y ante el inminente naufragio, el
capitán del Mortera hizo encallar la nave que en poco tiempo se
hundió originando numerosas víctimas. Desde entonces los
restos de la vieja nave se encuentra apenas a 20 metros de
profundidad a un costado del canal.