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Seudónimos lugareños


Por alguna razón de identidad o tradición, son los cultivadores de la literatura, en especial periodistas del quehacer social cotidiano, aquellos que, contrario a otras profesiones, gustan utilizar seudónimos para cubrir sus nombres que, llegado el caso, algunas veces se popularizan de tal forma que borran por completo la identificación de la persona.
Nuestro país no estuvo ausente en esa pagina y mucho menos en la provincia lugareña donde, y solo a lo largo del siglo XX, encontramos mas de medio centenar de profesionales de la prensa que utilizaron los seudónimos, unos por romanticismo aventurero, por discreción de apellidos “ilustres” o por habito, vaya usted a saber. Luego de 1959 en Cuba esa página de historia fue arrancada y aquel capitulo ha pasado a ser pieza de museo, pero no por ello menos atractiva. 
 
De algunos de ellos se perdieron los reales nombres bajo un manto que a veces nos es imposible reconocerlos, tal es el caso de Yarúa, Konde Lírio; Tripita; El Conde del Aguacate; Orquídea y Cía; P.P. sin T.; Filo.-Meno; Ada de Ruíz; Agri-Dulce; así como los tremebundos Esmeril,;Don Lingo T.; Mr. Remington; Sargento Mayor; Capitán Lucifer y El Barón de Bronce.
En Camagüey Nicolás Guillén escribió por un tiempo, allá por los inicios de su carrera, bajo el nombre de Interino, mientras que quien primero redactó notas sobre el desarrollo de la radio a partir del 1907, cubrió su nombre con el seudónimo de D. Téctor. El comentarista Rafael Perón de la Cerda, quien fuera uno de los periodistas mas prolijos a lo largo de su vida pues colaboro o dirigió nueve periódicos en nuestra provincia y fue corresponsal de otras seis publicaciones nacionales publico sus obras bajo la firma de Farela, aunque también escribió crónicas sociales como El Clavel habanero, mientras que Sainete, Agustín Romeo Peréz, fue un popular reportero durante la década de 1950 al punto de ser nombrado alcalde de nuestra ciudad y por cierto, fue el primer periodista camagüeyano en visitar la Sierra Maestra luego del desembarco de Fidel en 1956.

Muchos periodistas popularizaron sus seudónimos como Azteca, que fue el cronista y locutor Alfredo Vivar Hoffman; mexicano avecindado de por vida en Camagüey; Don Pancho, puertoriqueño también enraizado en nuestra ciudad; Leira, Ariel Noa Cardoso y Chepende, José Sánchez Espinosa, periodista y director de los periódicos Las Yayas,El Mije y El Palo Bronco, todos de la primera década del 1900 y de abierta lucha contra la presencia norteamericana en Cuba.
Reporteros realmente ágiles y de chispa que firmaron con seudónimos fueron Rafaga, Rafaél Samper González; Pecos, Bienvenido Pérez de la Cruz; Frank, Francisco Prendes Mederos, Corresponsal de El País fue Charles, Carlos Nórman Caballero, y de las agencias internacionales radicas en La Habana, Tano, Francisco Gómez González; en ese capitulo se encuentra también el increíble Cheo, José López Gastelú.
Periodista polifacético fue Eleuterio, Manuel Bielsa Vives, que dirigió alrededor de 8 diferentes periódicos y escribió novelas y libros pedagógicos, un Compendio de Meteorología y en 1910 fundó la Academia Bielsa donde se ofrecía mecanografía, taquigrafía y materias para el ingreso en el bachillerato; Julio Alvarez Quijano como Paladio, fue ciudadano predilecto de Florida pues mucho le debe la creación de ese municipio a la obra de este periodista. Otra figura no menos atractiva del ámbito periodístico fue Chapó, Abelardo Chapelli Marin, quien concluyo la guerra del 95 como teniente del Ejercito Libertador, luego fue jefe de la policía municipal, alcaide de la cárcel de la ciudad, (oportunidad en que introdujo en 1924 la pena de muerte a través del garrote), periodista y director de publicaciones. Finalmente el Ayuntamiento de Camagüey le declaro Hijo Eminente.
Clásicos por los géneros en que incursionaron como comentaristas y articulistas, están las firmas de Francisco Rodriguez Urbiene como Magallanes; Arturo Rivera Alvarez, Toberal. y Alberto Morales Casalís, periodistas e impresor que escribió con el seudónimo de Vate Morales y cuyo nombre lleva en lo actual el callejón de Tío Perico.
De las galanuras de las crónicas sociales fueron El Caballero Bohemio, Oscar M. Borges; Felipe León de Cassy, que fue Ismael Montesinos Gómez; Concepción Guillen Debs, como Conchita y Madre Selva, que fue Rosa Marí Monjer.
En temas obreros Argelio Adan Zaldivar escribió con el titulo de Pachú.Cronistas deportivos por excelencia fueron Hechor Lavernia Hernández, con el titulo de Otto; Teodoro de la Torre O´Relly, como Ted y el de mas larga trayectoria en esa genero, Eukirne, Enrique López González que tal vez fue el ultimo periodista camagüeyano que escribió en la prensa provincial bajo un seudónimo, pues cerró su vida laboral en el periodico Adelante en la década del 1970..

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