Hace
147 años, a la media mañana del 25 de febrero de 1868 entró a la
la ciudad de Santa María del Puerto del Príncipe el resto de la
columna española que fue hasta la fecha, el mayor contingente
organizado por España para combatir al incipiente Ejercito
Libertador.
Apenas
el noviembre del año anterior los camagüeyanos se alzaron en armas
y fue tal su empuje que en poco tiempo se hicieron dueños de gran
parte del territorio y con ello impusieron el bloqueo a la capital
princieña con el refuerzo de la expedición llegada a Cuba en el
Galvanc. Mientras la presencia de las fuerzas españolas al mando del
General Balmaseda, faltas de coordinación, abandonaron la geografía
camagüeyana para dirigirse a Bayamo sin haber vencido la resistencia
lugareña.
Rodeada
Puerto Príncipe por fuerzas insurrectas el ejército español quedó
prácticamente aislado en algunas de las más importantes
poblaciones, desocupando puestos de defensa en ingenios azucareros y
pequeños poblados. Por ello el mando peninsular destinó un
contingente formado por tres mil soldados de todas las armas,
incluyendo dos de sus mejores escuadrones de caballería al mando del
General Eusebio Puello, artillería de montaña, tropas de cazadores,
que era una fuerza especializada en combatir en regiones montañosas
y que en Europa forman los famosos batallones alpinos, cuerpo de
ingenieros, exploradores y sección de sanidad, todo al mando del
Brigadier General Don Juan Lesca y Fernández, uno de los mas
notables militares españoles de la época y destacado por años en
África y en el Ministerio de la Guerra del reino de España.
Luego
del desembarco del contingente por La Guanaja e ir venciendo
sucesivos enfrentamientos realizados por los cubanos, llegó a la
Sierra de Cubitas ruta obligada para pasar a la sabana y romper el
bloque de la ciudad, sin embargo, militar experto, reconoció que en
los desfiladeros cubiteros los insurrectos podrían batirle
fácilmente, por lo que emprendió una marcha de flanqueo a
occidente.
A
la altura de la hacienda Sanjoniche conoció la existencia de la
trocha de Hinojosa, carril recién abierta por el hacendado del lugar
a fin de acortar camino evitando los desfiladeros, .los cubanos, que
habían preparado sólidas defensas y emboscadas en estos cañones no
tomaron en cuenta el nuevo carril dejándolo desguarnecido. El 23 de
febrero al amanecer la columna española emprendió ese cruce.
Avisadas las fuerzas insurrectas del nuevo derrotero del enemigo,
corrió a cubrir esa entrada improvisado prácticamente la defensa ya
con los españoles encima.
El
encuentro se prolongo por más de seis horas quedando fuera de
combate alrededor del 45% de la fuerza enemiga, incluyendo casi toda
la caballería y gran parte de la artillería. Finalmente, cruzada la
cordillera y establecida una defensa circular la tropa de Lesca
demoró dos días en cubrir los menos de 28 kilómetros que separan
el lugar de nuestra ciudad, perseguidos de constante por la
caballería camagüeyana que no dejo de hostigarles originándole
muchas bajas mas.
Por
esta acción en General español recibió los grados de Mariscal al
abrogarse España la victoria cuando en verdad no hubo vencedores ni
vencidos; los cubanos se retiraron por falta de municiones y los
españoles salieron a escapada de Cubitas dejando un rastro de
sangre.
Al
cabo fueron los cubanos los que andando el tiempo trocaron el nombre
de Hinojosa por el de Lesca, conociéndose desde entonces aquel
desfiladero, escenario de la primera batalla librada en Cuba en la
Guerra por la Independencia como Paso de Lesca,
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