El
domingo 26 de julio de 1953 amaneció despejado sobre Camagüey. Hubo
durante la semana alguna tormenta de verano hacia la costa sur pero
para este día la temperatura y el sol regalaban un genuino verano
tropical.
La
noche anterior Luis Pichardo, el jefe de información del periódico
El Camagüeyano, esperó hasta tarde algún cable de la prensa
extranjera sobre la esperada firma del armisticio en la guerra de
Corea para poder cerrar el titular de la primera página, pero en
Pan-mun-jon las partes en conflictos aun necesitaban un poco más de
tiempo.
Avanzada
la madrugada y sin otras noticias relevantes Pichardo avisó a
Arteaga, el jefe de redacción de que cerrara la página y a Eduardo
Adán, a cargo del Fotograbado, que ya no había otra cosa que hacer,
luego bajo al taller para leer la última prueba de la plana que
faltaba por fundir. En la rotativa las tejas de las restantes páginas
se encontraban ensambladas a los cilindros y los maquinistas
esperaban la orden de echarlos a andar.