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El vuelo de Barberán y Collar, ¿Una leyenda?




 
 Ochenta años se cumplieron el pasado 11 de junio del raid aéreo transocéanico Sevilla, España - Camaüey, Cuba. A la media tarde de ese dia, luego de 40 horas de vuelo la nave aérea Cuatro Vientos culminó la primera etapa de su programa que le llevaría  hacia México. Esa historia no pudo concluir pues el avión con sus tripulantes desapareció cuando presumiblemente cayeron al mar. 

Muchas hipótesis se tejieron en torno al drama,  pero ninguna ofrecía una explicación lógica al sucesos, debieron de pasar muchos años para que finalmente el misterio comenzara a ser develado, y aun ahora, luego de investigaciones y declaraciones puede decirse la última palabra.


Tras finalizar la campaña de África, el gobierno de la II República Española pretendía relanzar las relaciones con los países que habían sido colonias españolas. Existía, además, el objetivo técnico de abrir una nueva ruta comercial aérea entre España y América. De esta manera, surgió la iniciativa de cruzar sin escalas el Atlántico y entregar un mensaje del Presidente de la República a las autoridades mexicanas.

El Cuatro Vientos era un avión Breguet XIX de patente francesa fabricado por CASA que dotaba a un buen número de unidades de la Aviación Militar en la década de 1930. La tripulación estaba compuesta por el Capitán navegante Mariano Barberán (Guadalajara, 1895) y el Teniente piloto Joaquín Collar (Figueras, 1906), con el apoyo insustituible del Sargento Modesto Madariaga (Corral de Almaguer, 1904) que, aunque no formaba parte de la tripulación, hizo un meritorio trabajo como mecánico.
El plan de vuelo contemplaba saltar desde Sevilla a Camagüey para, una vez en el Continente Americano, volar desde La Habana hasta México DF El vuelo había despertado una gran expectación y entusiasmo tanto en Cuba como en México, donde 60.000 personas esperaban la culminación de la hazaña.
Casi 80 años después el profesor e historiador Juan Manuel Riesgo eexplico basándose en los documentos que adquirió al hijastro del Coronel Francisco Barberán, hermano y único heredero de Mariano Barberán que la ruta hacia Méjico D.F. del "Cuatro Vientos", fue siguiendo la línea del ferrocarril desde Villahermosa, hasta el Valle de Santo Domingo y por la niebla, acabaron rozando unos árboles y efectuando un aterrizaje forzoso el 20 de Junio de 1933.
Se recordaron los múltiples testigos que desde el tren y dos telegrafistas de la línea vieron al Cuatro Vientos en esta ruta. Así como el atestado de la policía mexicana sobre el asesinato de Barberán y Collar, que hace suyo el procurador de la República José Aguilar Maya. Para tapar el asunto se sobornó al periodista Edmundo Valades, haciéndole Subjefe de Prensa del Presidente de la República.
Enrique Pallares de la Fundación Aeronáutica de Cataluña, proyectó y comentó el DVD de un acto celebrado en el Casino Español de Méjico, en el que el General de División Gregorio Guerrero expuso "que en 1982 localizó e interrogó a Bonifacio Carrera, quien confesó su crimen". Que se hizo un informe sobre este asunto, que contó también con el testimonio del General Mejicano Ramírez Jáuregui y se remitió al Secretario de Defensa General Félix Galván. Pero "la estrella" en esta ocasión, fue el historiador de Oaxaca Jorge Mejías Torres, cuya familia posee desde 1934 una pistola militar española Gabilondo fabricada en Eibar, con el emblema reglamentario de la Aviación Española en 1933 y la leyenda "Plus Ultra". Fue adquirida por un tío suyo al propio Carrera en el poblado de Córdoba de la Guacamaya, done Carrera por ser el único que tenía banco cambiaba los billetes que robó a los pilotos españoles.
Finalmente el Coronel D. Victoriano Sáez Esteban, antiguo Subdirector del Museo del Aire, relató cómo en dicho Museo, Julio Díaz Ordaz, dueño de un rancho en las proximidades de donde aterrizó el Cuatro Vientos, le explicó que vio pasar al "Cuatro Vientos" le escuchó tomar tierra en un cafetal de muy difícil acceso por barrancos y ríos y le dijo "si hubieran caído en mi rancho les habríamos ayudado y curado, pero para su desgracia fueron a parar a una zona dominada por bandidos y contrabandistas".
La ciudad de Camagüey, que no olvidó a los héroes hispanos  inuguró e 19 de enero de 1941 un obelisco situado en el parque Enrique José Varona. La obra estuvo a cargo de s los escultores locales Esteban Betancourt Díaz de Rada y Servando Pita Camacho. 
 En la construcción del mismo se empleó el mármol y el bronce para esculpir el rostro de ambos pilotos, así como elementos decorativos alusivos a la hazaña, y debajo una placa con un texto dedicado a los héroes.
Este obelisco tiene una altura aproximada de cinco metros por lo que se hace fácilmente visible al caminante. A ambos lados de la columna principal se observan los escudos de Sevilla y Camagüey. 
 Otro monumento situado en el aeródromo Barberán y Collar, en Alcalá de Henares, Madrid, España, muestra la hélice de avión y una placa en la que puede leerse, “Este campo universitario fue el aeródromo de Alcalá de Henares, ciudad pionera de la aviación española. 1933 n- 1965 En recuerdo 2003 primer centenario mundial de la Aviación. Asociación de Amigos de la Universidad de Alcalá”


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