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Agrede violento personaje a desvalida familia

Una madre y su hijo piden protección.

Camagüey; 21 de enero de 1923; Ante el oficial de carpeta de la Primera Estación de la Policía, sargento de primera Juan Cedeño, se presentaron los vigilantes Eufrosio Girardo y Tirineo Maidique, para denunciar que anoche habían sorprendido a los blancos Paulino Felino, de 17 años de edad, sin instrucción ni oficio conocido, vecino del billar que existe en San Serapio no.5, y al peninsular Balbino Madrilejo, de 37 años, comerciante y vecino de Rosario no.80 sosteniendo una feroz riña.

Declaran los denunciantes que según han podido investigar, el nombrado Balbino, hombre de mal carácter y con fama de guapo en el barrio, es muy dado al abuso, por lo que noche amenazó al joven Paulino para que este le entregara la mitad de un tamal  que se encontraba comiendo en la esquina de Gloria y San Martín, por lo que al negarse este, lo agredió, oportunidad en que y durante el curso de la pelea, el citado Paulino le lanzó con tal fuerza un palanganero a Balbino, que le causó una fractura en el antebrazo derecho, oportunidad en que intervino la madre del joven, nombrada Santa Pura de las Nieves Padrón, como de 35 años y vecina también de San Serapio no. 5, dándole a Balbino un cubazo por la cabeza y tirándole a la cara el contenido de una olla de ajiaco que estaba preparando, produciéndole escoriaciones y un chichón en la frente a resultas de un cucharonazo que Santa Pura de las Nieves le propinó al fiero español.

Que no satisfechos y solo para defenderse del bravío Balbino, las madre y el hijo lo patearon a su gusto en el suelo, quitándole los botines que calzaba el temible agresor, dándole taconazos en la cabeza y dejándolo como muerto por media hora, pero que reaccionó cuando Paulino y Santa Pura le echaron un cubo de agua fría,  por lo que al lograr revivir Madrilejos, y ante el temor de esta infeliz familia de volver a ser atacados por el gaito, le volvieron a caer a punta pies, arrastrándolo para tirarlo en una zanja próxima y caerle allí a palos,  momento en que llegaron los agentes de la autoridad, quienes detuvieron al agresor,  conduciéndolo a la Casa de Emergencia donde fue atendido de fracturas, escoriaciones, arañazos y aplastamientos, por lo que fue remitido al Hospital Civil donde quedó ingresado.

La policía ocupó en el lugar de los hechos un sombrero de pajilla propiedad de Madrilejos, así como el propio palanganero como prueba testimonial  de la agresión realizada por el señor Madrilejos a esta humilde familia desvalida que ahora espera la decisión del Señor Juez Correccional, mientras desde la cama del hospital el gabacho fragua su terrible venganza. ¿Hasta cuando vamos a permitir estas agresiones contra humildes familias?

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