El
conde
Drácula
es el protagonista de una novela del escritor irlandés Bram Stoke,
publicada en 1897 que recoge leyendas sobe vampiros y fantasmas en
la Trasilvania, región al este de Rumanía.
El
personaje principal era Drácula, una especie de muerto = vivo que se
convertía en vampiro para alimentarse conde la sangre humana. La
novela tomo popularidad en incontables publicaciones y luego el cine
hizo de ella numerosas cintas encargadas de aterrorizar a creyentes
de lo sobrenatural dando carta de crédito al vampiro rumano.
Pero
mire usted, pocos pueden suponer que apenas en 1959 apareció en
nuestra ciudad, llegado parece directamente desde Transsilvania, un
discípulo de, Conde Drácula. Vampiro a la criolla que en genio y
figura atemorizo a una parte de la población y alerto a las
autoridades.
Las
primeras noticias llegaron desde el barrio de La Caridad, una figura
con larga capa y vestida de negro, se abalanzo sobre una dama allí
por la calle Cuba para chuparle la sangre, dijo ella, en definitiva
no hubo chupa -chupa debido a los gritos de la muchacha. Pocos días
después otra joven (siempre eran jóvenes) fue sorprendida en su
habitación por el sátiro que solo atino a darle un par de mordidas
en una nalga. lo que identifico a este individuo como personaje no
muy selectivo, pues según la real historia los vampiros chupan
sangre del cuello y no de las nalgas.
El 6
de agosto Adelante publico en su tercera página que; “Muchas son
las personas que han llegado a manifestar que lo han visto con sus
propios ojos. Pero en las estaciones de la policía no se ha
registrado una acta en relación con este sujeto misterioso, que
tanta sangre, según se ha dicho, ha venido chupando”.
La
realidad concreta era que a pesar del comadreo y los comentarios de
acera nadie había podido ver al vampiro o tener datos ciertos sobre
el personaje. Tampoco la policía tenia ni sospechas ni datos ciertos
así que hoy podían haberle visto, por las calle del Cristo y mañana
al otro lado de la ciudad, por la plaza de Méndez, Lo único cierto
eran l rumores en torno de la presencia del chupador tratando de
escalar una tapia o mordisqueando a alguna dama distraída, cosa que
espanto a mujeres solitarias y fue cuartada evasiva para
responsabilizar a Drácula con uno que otro tarro pegado, pero en la
concreta nada de nada..
La
situación era difícil en Cuba y el horno estaba para galleticas. Se
organizaba el Gobierno Revolucionario, comenzaba la reforma agraria,
las intervenciones, la estampida de la selecta burguesía, los asomo
de la contrarrevolución, en fin ….y precisamente en ese ambiente
de expectación y cambios sociales apareció un buen día este
vampiro criollo salido nadie sabe de donde.
Un
día por fin se dio la noticia de que el descendiente de Drácula
había sido detenido. La prensa acudió presurosa a la Primera
Estación de la Policía situada entonces en la calle Lugareño, y
numerosas personas se congregaron en el lugar para conocer al viajero
de la noche, pero las propias autoridades estaban sorprendidas porque
lo único que tenían detenido eran a tres alcohólicos que habían
violado la tranquilidad publica y organizado una riña tumultuaria en
en la fonda La Provechosa, del mercado de La Caridad, lo que les
llevo directo al calabozo. Por supuesto que como comprobaron los
médicos ninguno era bebedor de sangre sino de aquellos brebajes
caseros como “chispa de tren” y “hueso de tigre”.
Lo
interesante es que desde ese día desapareció la presencia del
vampiro en nuestras oscuridades y nunca mas se volvió a hablar de
el. Vaya usted a saber
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