Catorce años antes de la fundación de la
villa de Santa María del Puerto del Príncipe junto al promontorio
de punta del Guincho, otros aventureros de España, aventajando a
Cristóbal Colón, fondearon sus naves en la bahía de Nuevitas,
lugar nunca visitado por el Almirante de la Mar Oceána.
En realidad y si en su primer viaje del
1492 al nuevo continente Colón siguió pocos contornos de Cuba desde
Bariay hacia el occidente, llegando solo hasta la entrada de la bahía
de Nuevas Grandes, el segundo, en 1494, lo dedicó a navegar por la
costa sur sin definir si la nueva tierra era isla o continente.
Impulsado desde la isla de Santo Domingo
donde residía Nicolás de Ovando, gobernador de las indias
occidentales,, se organizo en 1504 una expedición para verificar los
contornos reales de la tierra nombrada Juana por los castellanos,
pero Cuba por los aborígenes, y reconocer si era isla o tierra
firme, y lo mas importante, saber si en este territorio habría algo
de valor para los tesoros de España. Tras los preparativos, la
expedición, al mando del experimentado marino y cartógrafo gallego
Sebastián de Ocampo, estuvo finalmente lista para partir durante los
primeros meses de 1510.