Débese a la gestión del digno representante a la Cámara el Dr. Lamar.
Camagüey, 19 de marzo de 1946; Luego de múltiples gestiones realizadas cerca de su personal amigo, el señor ministro de Ministro de Educación José Ramón Alemán, nuestro estimado Dr. Ernesto Lamar Galindo, Representante a la Cámara por la provincia de Camagüey, ha logrado, con el notable éxito que le destaca como avezado político y líder indiscutible en el seno del Partido Revolucionario Cubano Auténtico en esta provincia, que nuestro territorio sea incorporado a las ventajas del desayuno escolar para los niños de nuestras escuelas primarias.
Con su noble corazón y mostrando su sensibilidad humana a toda prueba, el Dr. Lamar ha logrado este éxito que sus electores siempre recordarán, ya que la situación alimentaria para los niños que asisten a las escuelas ha sido un constante pensamiento en este egregio político al que esperan altas cumbres. El desayuno escolar, que de inmediato llegará a nuestra ciudad para su distribución diaria en todas las escuelas, ha de constar, para cada niño, de un jarro de gofio y una galleta de keke, elementos más que suficientes, por su contenido protéico y calórico.
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Algo de la historia de la educación en Camagüey
A pesar de los muchos centros de educación que existen en la ciudad de Camagüey, no pocos lugareños recuerdan con cierta nostalgia aquellos años idos y de una juventud soñada en que existían, junto a las escuelas primarias y secundarias instituidas por el gobierno, en las que se sumaban instalaciones de grados superiores, los colegios privados, de los que tuvimos una buena cantidad.
Sin embargo, una cosa eran las escuelas públicas habilitadas en diferentes repartos de la ciudad y las seis secundarias básicas que llegamos a tener y otras los colegios selectos, semi selectos y academias de diferentes niveles sociales, pero privativas todas. Estas academias eran en verdad pequeñas escuelas con un grupo de cuatro o cinco profesores generales que ofrecían clases desde cuarto a octavo grado, preparando a los estudiantes para el ingreso al Instituto de Segunda Enseñanza, que en esa época siempre se hacía previo examen.
Sin embargo, una cosa eran las escuelas públicas habilitadas en diferentes repartos de la ciudad y las seis secundarias básicas que llegamos a tener y otras los colegios selectos, semi selectos y academias de diferentes niveles sociales, pero privativas todas. Estas academias eran en verdad pequeñas escuelas con un grupo de cuatro o cinco profesores generales que ofrecían clases desde cuarto a octavo grado, preparando a los estudiantes para el ingreso al Instituto de Segunda Enseñanza, que en esa época siempre se hacía previo examen.
El actor camagüeyano Pablo Pildain Sarabia
Entre los más importantes actores de todos los tiempos en nuestro país, uno de los más prominentes es sin dudas el camagüeyano Pablo Pildain Sarabia, nacido en la ciudad de Santa María del Puerto del Príncipe el 15 de enero del 1842, justo en una vivienda orillada a una plazoleta intermedia en la calle Jesús, José, María, (actual Padre Valencia), donde ocho años después se construiría el hermoso teatro Principal.
Desde muy temprana edad, Pildarin, tal vez por la vecindad con el Principal, en cuya plazoleta debió jugar durante su infancia, conoció las noches de programas y muchos de los actores que allí acudían, demostró cualidades indiscutibles para el arte escénico, y aunque de inicio trabajó como tipógrafo en el diario El Fanal de Puerto Príncipe, por entonces el más importante de la ciudad, ya a los 18 años era un actor consagrado.
Desde muy temprana edad, Pildarin, tal vez por la vecindad con el Principal, en cuya plazoleta debió jugar durante su infancia, conoció las noches de programas y muchos de los actores que allí acudían, demostró cualidades indiscutibles para el arte escénico, y aunque de inicio trabajó como tipógrafo en el diario El Fanal de Puerto Príncipe, por entonces el más importante de la ciudad, ya a los 18 años era un actor consagrado.