Alfonso Ortiz Tirado, y en el recuerdo de su entrañable Camagüey

El mexicano Alfonso Ortiz Tirado, uno de los cantantes más talentosos de las primeras décadas del siglo XX, tiene aun en una buena parte del continente americano seguidores que a un disfrutan de su voz. Nació en Alamos, Sonora, el 24 de enero de 1896 y murió en México DF, el 7 de septiembre de 1960.

Es posible también que, fuera de su país de origen, Cuba le dedique especial veneración, y aun mas la ciudad de Camagüey, donde el artista disfrutó no solo de popularidad, sino de amistades que cultivo por muchos años.
 
Ortiz Tirado no solo era una personalidad en el arte, sino que se le considera aun uno de los cirujanos de mayor prestigio en Iberoamérica, ginecólogo y ortopédico, especializado en cirugía reconstructiva, fue también Director General del Hospital Morelos en la ciudad de México.

Este artista además, con sus ingresos, construyó el Hospital Ortopédico Infantil de México, en el que se colocó una placa de bronce que dice: “Levanté con mi canto este templo para aliviar el dolor” y un agradecimiento al público de los distintos países donde cantó para financiarlo.

Muchas de sus actividades científicas las desarrolló como miembro de la Academia Americana de Cirugía y como Catedrático de la Facultad de Medicina de su país. También en la ciudad de Hermosillo hay un colegio que lleva su nombre.

En oportunidades notables colegas de la ciencia criticaron que no utilizara mas su tiempo en la medicina dadas sus magnificas condiciones, pero, como dijo una vez a la prensa; “Será extraño, pero es cierto. Respeto mi carrera y la ejerzo con fortuna. Canto porque cantando salgo del círculo de preocupaciones que forman mi vida. Consultorio, hospital, enfermos,exámenes, diagnósticos. Cantando me sumerjo en otra actividad, en otra vida.”

El cantante tuvo entre sus autores preferidos las obras de María Gréver, Agustín Lara, Ernesto Lecuona, Eliseo Grenet y Gonzalo Roig. Incluso Agustín Lara le debe la fama pues fue Ortiz Tirado quien lo dio a conocer al interpretar sus primeras canciones.

Ortiz Tirado fue el médico de cabecera de la famosa pintora mexicana Frida Kahlo, a quien realizó varias operaciones y además atendió a algunos presidentes de países centroamericanos. En el sector de la medicina fue reconocido y condecorado por muchos países, entre ellos Cuba, que le entregó una medalla por su labor en pro de la humanidad doliente y en Buenos Aires existe un monumento levantado a su memoria mientras que, junto al también cantante mexicano José Mojica, comparte el mérito de ser los únicos artistas latinoamericanos a los que la compañía de grabaciones RCA Víctor les incluyó en su “Sello Rojo”, o sea, cantantes de máxima popularidad, algo asi como los modernos premios Grammy.

En junio de 1932 el artista vino para actuar en Cuba, pero ya en La Habana, dio la noticia de que también lo haría en la ciudad de Camagüey, donde tenía algunos amigos médicos que le habían invitado a visitarlos, aunque, con independencia de todas las relaciones que pudo tener Ortiz Tirado en Camagüey, nuestra ciudad era, y aun es, una plaza que prestigia a los artistas que actúan en ella.

El miércoles 15 de junio llegó a nuestra ciudad su agente, el también médico, Alfonso Espiru Bianjo, quien se trasladó el para preparar todo lo relacionado con la llegada y actuación del artista al día siguiente.

Lo primero que hizo luego de alojarse en el Hotel Plaza fue visitar el Colegio Medico. Luego estuvo en algunas emisoras de radio y finalmente asistió a una recepción ofrecida por la Colonia Española.

Además visitó el centro hospitalario de esa institución y aun tuvo tiempo de reunirse con el Club Rotario, depositar flores ante la estatua del Mayor General Ignacio Agramonte y lo mejor de todo, un recorrido por el ruinoso Hospital General de nuestra ciudad.

Según las crónicas, su actuación en el Principal durante la noche del jueves 16 fue a teatro lleno, por lo que cuando el cantante supo que fuera de la sala había quedado mucho publico sin poder entrar, anunció que volvería a cantar al siguiente día, pero a las cinco de la tarde, pues a las ocho de la noche embarcaría de regreso a La Habana.

El 17 en horas de la mañana, y a pesar del programa, dejó a un

lado su descanso para volver al hospital de la Colonia Española a interesarse por un caso de Osteomielitis que en la víspera había discutido con sus colegas camagüeyanos, sin que estos dieran esperanzas sobre los resultados de cualquier operación. Ortiz solicitó permiso para operar esa misma mañana al paciente, quien dio su consentimiento.

Esa operación fue muy complicada y duró varias horas, pero resultó un éxito. Por cierto que aquel trabajo de cirugía luego se utilizó como cursillo especializado, debido a la moderna técnica medica aplicada y que era en parte desconocida en nuestro país.

Después, luego de cantar a las cinco de la tarde como había prometido, y con todas las puertas y ventanas del Principal abiertas, el artista se despidió de Camagüey. Ese mismo año actuó en La Habana y en otras ciudades, pero no pudo tornar jamás a Camagüey. A partir de entonces y por muchos años mantuvo correspondencia fluida con notables médicos camagüeyanos. E incluso, actuando en New York, junto a su hermana, la también cantante Sara, Ortiz Tirado, dedicó programas completos a la ciudad de Camagüey.

En lo actual, todos los años, del 21 al 29 de enero se celebra en la ciudad de Álamo, que fue donde nació el 24 de enero de 1893, un Festival Musical Artístico en su honor, que es uno de los más importantes de México y que cada año reúne a más de cien mil personas llegadas desde diferentes países.

En esos festivales se menciona con frecuencia esta historia camagüeyana como ejemplo de civismo ciudadano y su responsabilidad humana.

Existe un curioso dato que señala una cierta amistosa relación entre Ortiz Tirado y Beny Moré ya que, en 1946, estando Beny Moré en México, se casó con la mexicana Juana Margarita Bocanegra Durán, quien era enfermera y a la vez auxiliar general de Ortiz Tirado, por lo que esas relaciones se mantuvieron de manera muy familiar. De esa boda fue padrino Miguel Aceves Mejías,amigo personal del insigne médico.


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