En Camagüey "El Gran Niño"

Plegarias esta noche – Entrevista exclusiva – Verá al presidente Batista, dice
Camagüey, 26 de julio de 1953: Se encuentra en nuestra ciudad desde ayer El Gran Niño; adivinador, hacedor de milagros y misionero que se ha impuesto la tarea de redimir de los males a los hombres y cuya voz se escuchará hoy  en el parque de San Francisco desde las ocho de la noche.

De probada eficiencia, ofrece a los interesados estampas bendecidas  y medallas sagradas,  pero ante todo la sanidad divina para el arrepentimiento de los pecados, y lo mas difícil, el perdón de los ajenos.

Entrevistado por nuestro reportero López Gastelú, en el Hotel Santiago- Habana donde se encuentra hospedado, este pequeño santo dijo llamarse Guillermo Roberto Ramos y viene acompañado por sus padres, pues tiene solo diez año de edad y proceden de un apartado rincón de Banes.
 
Relató que desde muy pequeño comenzó a tener  apariciones de santos y en especial del niño de la virgen de Atocha. Desde entonces comenzó a rezar  ayunado lo suficiente como para hacer adivinaciones, predecir el futuro de las personas, dar consejos para la vida, el amor y el trabajo, y lo principal  curaciones de enfermos.

Según los padres de Guillermito, que  nunca ha ido a la escuela, al igual que ellos, tiene un don divino, pues es la pura reencarnación del hijo de la virgen, incluso aseguran, cuando se encuentra en trance, habla un idioma extraño, como si fuera latín. “Vimos las posibilidades de ayudar a nuestros semejantes y salimos a viajar por todo el país” dijo el señor  Marcelo Ramos,  padre del milagroso, cuya familia es ayudada por algunas firmas comerciales. No quisieron dejar de mencionar a Crucellas y Compañía, cigarros Partagás y el ron Albuerne, quienes ayudan con los gastos, e incluso,  con las ropas del santito, pues  viste  cual el hijo de la virgen, comenzado a recorrer bateyes, pueblos y ciudades divulgando sus dotes seguido por decenas de creyente.

La estancia del Gran Niño en Camagüey será breve, pues ha de proseguir viaje con destino La Habana a fin de hablar con el presidente de la República, General Fulgencio Batista Zaldivar.  A las pregunta de nuestro reportero sobre las causas que le impulsaban conversar con el presidente, Guillermito respondió que “Eso él y yo solo lo sabemos” pero que como él era el resurgimiento del hijo de la virgen, su espíritu era la voz divina que se debía oír como autoridad de lo Poderoso.
Esperemos que hoy las rogativas desde el parque de San Francisco lleven a los hombres por el buen camino y que El Gran Niño cumpla con su cometido.

Colofón
Imagínese usted, esa información apareció publicada en la prensa local justo el 26 de julio, por lo que en esos momentos el horno no estaba para galletitas en el país, dado los sucesos del Moncada, aseguran los cronistas de Palacio cuando Batista conoció las pretensiones del infante de ir a visitarle; se viró a su secretario  para decirle;  “!Que niño de Antorcha ni que niño muerto! … ¡Que no joda y que se pierda de por aquí!”. Por esas causa la familia divina, como también se les decía, no pasaron de  Camagüey. Dos días después de la declaración a la prensa, un oficial de la Policía parqueó una perseguidora a las puertas del hotel y en diez minutos hizo que la familia recogiera sus pertenencias llevándoles hasta la estación del ferrocarril, subiéndolos al tren que los  regresaría a Holguín.
Hasta el sol de hoy, nunca se han tenido noticias del Gran Niño, aquel que se decía ser  la  reencarnación del niño de Antorcha, como dijera Batista.

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